top of page
Hemisferio Izquierdo

Francisco Pintos: el uruguayo que conoció a Lenin. Entrevista a su sobrino-nieto, Julio Castillo*


Ilustración: Julio Castillo.

Hemisferio Izquierdo. ¿Quién fue Francisco Pintos? ¿Cuál fue su rol en la historia del comunismo uruguayo?

Julio Castillo (JC): De él tengo en la memoria una imagen algo indefinida. Yo era un niño de nueve años cuando lo conocí en su casa del barrio Aguada o La Comercial. Me resultó una persona afable, de edad avanzada, con voz gruesa y de estatura alta.

Recuerdo el lugar donde mi padre y yo conversamos con “Pancho”. Era una biblioteca atestada de libros que por una gran ventana ingresaba la luz, iluminando todo. Me comentó que desde la azotea pudo seguir de cerca la batalla del Río de la Plata durante la 2ª Guerra Mundial, cuando el Garf Spee, acorazado de bolsillo alemán quedó cercado en el estuario por barcos ingleses.

Nació en Tacuarembó en 1889 y falleció en 1968. Vivió entre dos siglos, siendo protagonista de un mundo sometido a grandes convulsiones y cambios profundos. Creció en el marco del proceso de consolidación del capitalismo en Uruguay, el desarrollo de la burguesía nacional y por ende de la clase obrera. Vivió las primeras movilizaciones obreras y la conformación de los primeros sindicatos. En 1915 - con 26 años- ingresa al Partido Socialista, y en 1917-18, la Revolución Rusa irrumpe e impacta profundamente en todo el mundo y esto lo va a cambiar.

Diez días que estremecieron al mundo, tituló genialmente el escritor norteamericano y revolucionario John Reed, señalando las características de esa gesta heroica llevada adelante por los obreros rusos, los campesinos, los soldados y los bolcheviques. Este hecho derivó en un gran debate en la interna del Partido Socialista (fundado en 1910) encabezado por Emilio Frugoni, opuesto a las ideas bolcheviques y por el otro lado, Eugenio Gómez y Francisco Pintos afines a ellas.

En septiembre de 1920 se realiza el VIII Congreso del PS, en el cual se vota la adhesión a la IIIª Internacional (fundada en 1919) y a sus 21 condiciones para la construcción de un partido de nuevo tipo. En 1921 se lleva adelante el Congreso Extraordinario del Partido Socialista, donde por mayoría, se decide pasar a llamarse Partido Comunista.

A principios de 1922 fue convocado el IV Congreso de la Internacional Comunista y el Partido Comunista resolvió enviar un delegado. Fue así que en marzo de ese año, el primer delegado a la Internacional Comunista, Francisco R. Pintos, partió para Europa. La afiliación del Partido Comunista del Uruguay fue aceptada y estuvo representado en el IV Congreso de la Internacional Comunista, inaugurado el 7 de noviembre de 1922. Francisco Pintos fue electo miembro del Comité Ejecutivo de la Internacional Comunista.

“El día lo que lo visité con mi padre en su casa nos contó que lo único que servían como postre en el Congreso de la Internacional, era un terrón de azúcar por cada congresal. De alguna manera esa anécdota describía la pobreza y la situación que vivía la Rusia revolucionaria”.

Fue fundador del Partido Comunista del Uruguay. Más precisamente figuraba con el carnet Nº2. En 1958 fue candidato presidencial por la lista del Partido Comunista en las elecciones generales de ese año. Comprometido con su tiempo, abrazó la causa de los trabajadores y la lucha por construir una sociedad sin explotados ni explotadores. Dedicó su vida a la difusión de las ideas del comunismo y a la concreción y organización del partido de nuevo tipo, capaz de conducir la revolución proletaria en Uruguay, así como ya lo habían demostrado los obreros en Rusia.

Dejó además, un conjunto de obras y ensayos: Batlle y el proceso histórico del Uruguay (1938), De la dominación española a la guerra grande (1942), e Historia del Uruguay 1851-1938 (1946). Escribía como prólogo a su libro “Historia del movimiento obrero del Uruguay” (1960):

“Con profunda emoción dedico este libro a la clase trabajadora de mi patria, cuya sacrificada y gloriosa trayectoria de lucha de mas de tres cuartos de siglo, traté de investigar paso a paso. Lo dedico, pues, a la gran fuerza del presente y del porvenir; a la clase que tiene entre sus manos vigorosas la bandera de la lucha por sus justas e impostergables reivindicaciones cotidianas, y va ocupando con firmeza el puesto de dirección que le corresponde en la gran batalla por la liberación nacional. Por la revolución agraria y antiimperialista, para avanzar luego hacia la sociedad socialista, sin clases, sin explotados ni explotadores; hacia un Uruguay radiante y venturoso, en el concierto de los pueblos liberados y felices de América y del mundo”

Otros trabajos de su autoría son: Por el desarme y por la paz (Ed. Alerta, 1960), La defensa de Paysandú (Comunidad del Sur, 1964), Ubicación de Artigas (prólogo de Vitali Korionov. Ed. Pueblos Unidos, 1965), Uruguay: de la liberación al afianzamiento de la burguesía (prólogo de Lucía Sala de Touron. Ed. Pueblos Unidos, 1966), La Literatura en el Uruguay y su contribución al proceso político y social de la República (Comunidad del sur, 1967).

HI: ¿Qué podemos decir de las relaciones entre el PCUS (URSS) y el PCU (Uruguay) en el período durante el cual Pintos fue dirigente comunista?

JC: Una revolución joven triunfante, un Partido Comunista joven que se crea a influjo de las ideas leninistas, toma a esa revolución como el único espejo donde mirarse.

Es un período de confirmación y construcción del PCU, desarrollando y organizando a los trabajadores, impulsando la lucha por las 8 horas, mejoras en los salarios y las condiciones de trabajo. Apoyando a Prestes, el “Caballero de la Esperanza” en su larga marcha por el interior de Brasil, es la lucha contra la dictadura de Terra y son los brigadistas internacionales en apoyo a la España Republicana contra el franquismo. Existe todo un período muy rico en el desarrollo y madurez de la clase obrera, en donde se destaca el carácter combativo de los comunistas, su esfuerzo por la organización del movimiento obrero. A su vez, en la batalla por ser fiel a determinados “principios” y en nombre de ellos, se termina trasladando de forma mecánica la experiencia de la Revolución Rusa a la realidad uruguaya, provocando así posturas sectarias, y por consiguiente, el distanciamiento de las masas y cientos de militantes. Ese esquematismo y ortodoxia implicó una dura disputa interna que culminó en el XVI Congreso (1958).

De cualquier forma, el PCU, mantuvo desde el principio estrechas relaciones con el PCUS y estas se expresaron hasta el final.

* Julio Castillo, sobrino-nieto de Francisco Pintos, es Ilustrador de Hemisferio Izquierdo.

bottom of page