Imagen: Frente Fotográfico
Crónica de una lucha feminista
Soy fruto de cada batalla
cada quién sabrá contar con palabras o sin ellas
su propia versión.
María Olivera
América Latina, la Abya Yala, se mueve, tiembla la tierra y hace temblar todas las estructuras del patriarcado desde su raíz. Mientras en Argentina se lleva a cabo un histórico debate en torno al aborto, Chile es un fuerte epicentro para el movimiento feminista, las facultades empiezan a ser tomadas una por una como una ola que no para, el movimiento va con fuerza y se planta en los centros de estudios para decir basta de violencia machista en todos los ámbitos: en las calles, en las casas, en las camas y en las aulas. “Contra la violencia machista, educación no sexista” exigen en cada Universidad: la educación es clave en esta lucha y es urgente transformarla, no sólo a través de protocolos institucionales de acción ante el acoso y/o abuso sexual sino también cambios en los contenidos curriculares, en las lecturas, en la participación de mujeres en cargos de relevancia, en el lenguaje, en la forma misma del proceso de enseñanza-aprendizaje.
Ante casos de abuso sexual por parte de docentes universitarios, que tuvieron fuerte repercusión en Valdivia pero que sucedieron en varias Universidades, estudiantes deciden paralizar sus actividades académicas, las facultades comenzaron a ser tomadas por el movimiento feminista estudiantil: así le siguió la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, la Facultad de la Educación de la Universidad de Concepción, la Escuela de Gobierno y Gestión Pública, Trabajo Social de la UTEM, la Facultad de Ciencias Sociales y Psicología de la U. de Chile, la Universidad Católica de Temuco y así hay alrededor de 15 centros de estudios tomados donde se utiliza el espacio para discutir sobre todas la violencias en talleres, rondas, intercambios, asambleas.
En la Universidad de Santiago de Chile (USACH) se desarrolla el 1er Encuentro Latinoamericano de Salud Mental y Movimientos Sociales. Al entrar, pancartas con las reivindicaciones feministas adornan las facultades, grafitis en las paredes que son borradas permanentemente por parte de la institución, murales feministas en los patios, en cada columna hay carteles con frases misóginas con el autor y la clase en que sucedió, una forma que encontraron les estudiantes de visibilizar y denunciar la violencia sexista en el aula. Todo este panorama hace ineludible que el movimiento está en ebullición. A metros del Encuentro se organiza una nueva Asamblea feminista en el patio: “¡Toma feminista ya! ¡Somos miles, somos montones y tenemos que seguir tomando!” se escucha con fuerza por el megáfono, una estudiante dice: “Es bueno que hoy estemos discutiendo el problema de la violencia machista en todos los lugares, es lo que tiene que pasar”. Allí se encuentran todos los centros de estudiantes y feministas autónomas para discutir la posibilidad de tomar la Universidad apostando a la educación como herramienta de transformación. Al finalizar la asamblea cantan “Se necesita de forma urgente una educación feminista y disidente” mientras se dirigen de a poco a la puerta principal de la Universidad. Ni bien la multitud de estudiantes llega a la calle, llegaron carabineros en un tanque que con brutalidad fumigó a les estudiantes y a toda persona que pasaba por ahí, con un gas tóxico que quemaba los ojos, la piel y la garganta. Rápido. Intenso. Pero la represión, “el hervidero de vigilantes” como decían citando a Violeta Parra no detiene este movimiento que con fuerza se prepara para marchar ese mismo viernes, diverso en todas sus manifestaciones y más fortalecido aún pone sus exigencias en las agendas políticas, en los medios, en la opinión pública, en todas partes.
Imagen: Sofía Taranto
Finalizando la 1er jornada del Encuentro de Salud Mental en la USACH, una de las expositoras dice “ahora la locura se va a la calle, todes a marchar!” Allí se encuentran varias colectivas feministas de Chile, Perú y Argentina para debatir sobre “Feminismo, Salud Mental y las prácticas machistas en América Latina”. Participan activamente de la marcha y además hacen un Comunicado feminista (1) que reconoce a “la violencia machista y patriarcal como un problema estructural, político y social”, apoyan las tomas de las Universidades y hacen un “llamado a no psiquiatrizar la violencia neoliberal, patriarcal y racista”, también expresan el repudio a las Fuerzas Especiales de Carabineros (FFEE), institución a la que acusan como principal responsable de la desaparición de su compañero José Vergara en el año 2015 en Tarapacá. En la USACH, de a poco se aprontan para marchar, los centros de estudiantes ya se encuentran listos, otras terminan de preparar los carteles que llevarán mientras repasan los criterios de autocuidado colectivo.
“Todas las mujeres contra todas las violencias” dice la pancarta que encabeza la movilización que canta, baila, salta con alegría y grita con rabia, complicidad, rebeldía hacia las 19:00hrs del viernes, hora en la que estaba convocada la concentración. Los cantos son cada vez más fuertes:
“Mírala que linda que linda viene,
mírala que linda que linda va:
es la lucha feminista,
que no da ni un paso atrás”
Imagen: Frente Fotográfico
Mientras tanto las iglesias valladas, las esquinas y el edificio de La Moneda se llenan de carabineros, son muchos, vestidos de verde, con armas y cascos intimidan a las personas que aún no terminan su jornada laboral. No importa, nada detiene el movimiento, las personas apoyan, el encuentro potencia y genera todo tipo de emociones: “Esta es una generación que ya no tiene miedo” dice el vendedor de dobladitas mientras observa a la multitud pasar cantando con fuerza en este mayo de revueltas feministas. No hay duda, este mayo no es solo de memoria sino que es también presente de lucha de mujeres, trans, lesbianas, mapuches que salen a la calle, que toman las instituciones que reproducen la violencia estructural para decir ¡Basta! Se plantan firme frente a la violencia machista en todos los ámbitos de la vida, especialmente en la educación, no hay vuelta atrás.
La acción directa, las tomas de la Universidades y la lucha en la calle son la tónica de esta “ola feminista” que varies llaman el “mayo chileno”. En una publicación de LatFem (2) Agustina Paz dice “el principal motivo de la acción directa es la quietud del funcionariado respecto a la necesidad de protocolos, pero excede con creces la denuncia punitiva, van por todo”, en este sentido la memoria es resistencia y es presente de lucha. Como lo anuncian los cánticos “que todo el territorio se vuelva feminista” porque en todos lados queremos cambiarlo todo.
* Estudiante de psicología de la UdelaR, realiza su estudio final de grado sobre el impacto social de la plana de celulosa de UPM en Fray Bentos. Fue vocera de la Comisión por un Canelones libre de Soja Transgénica y del 1er Encuentro de Mujeres del Uruguay. Realiza talleres sobre género, medio ambiente y sustentavilidad.
Notas:
1. Comunicado Feminista y Lationoamericanista. Encuentro Latinoamericano Salud Mental y Movimientos Sociales. Mayo 2018
2. ¿Un mayo chileno? Universidades y colegios en “toma feminista” LATFEM mayo 2018