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  • Hemisferio Izquierdo

Editorial: La impugnación feminista. capitalismo y patriarcado

Dibujo: Federico Murro (dibujos publicados originalmente en el suplemento Incorrecta del periódico La Diaria, Uruguay)

Problematizar el feminismo e incluirlo en los debates estratégicos que la izquierda con intención pos-capitalista debe dar, supone una doble tarea. Primero, un necesario desglose y entendimiento de sus variantes y estado de situación, para lo cual se requiere una escucha de sus propias protagonistas: las mujeres y sus diferentes modos de organizarse. Y segundo, los desafíos para la inexorable inclusión y concreción de sus postulados en cualquier proyecto de transformación social.


Qué es el feminismo entonces, cabría preguntarse. Y de ser posible esbozar alguna generalidad al respecto, sólo podemos decir que el mismo cristaliza en movimiento y diversidad de formas organizativas que denuncian la opresión sufrida por las mujeres en todas partes del mundo y dan la lucha por su liberación. Una parte importante de este movimiento denuncia la alianza existente entre patriarcado y capitalismo, planteando que ambos sistemas de opresión de la humanidad deberán ser destruidos de forma conjunta. Por otro lado, el trabajo no remunerado realizado por las mujeres en su hogar ha sido una pieza clave del sistema capitalista, y en este perverso engranaje las crisis del capital incrementan la violencia hacia las mujeres, siendo el feminicidio su máxima expresión.


Lo cierto es que de un tiempo a esta parte, el feminismo ha logrado emerger de la ghettización mediática en la que estaba inmerso para volverse ineludible, pronunciándose a nivel mundial mediante la convocatoria al Paro Internacional de Mujeres para este 8 de marzo. Esta resonancia de características inéditas logró dejar en evidencia algunas cosas: el lugar secundario que históricamente se le ha asignado a la lucha contra la opresión de las mujeres dentro de la izquierda, y que somos muchas y también diversas, organizadas y movilizadas para visibilizar las violencias a las que estamos sometidas.


Pensar la violencia hacia las mujeres dentro de las estructuras económicas del capitalismo como continuidad del saqueo, conquista y opresión de nuestros cuerpos, tal como el capital arrasa con poblaciones enteras, clarifica la imbricación entre patriarcado y capital y por ende, la necesidad de fundir la lucha antipatriarcal con la lucha por la emancipación de la humanidad toda.


¿Qué hacer con el feminismo entonces? En principio, dejar que sea, como expresión de la especificidad de la opresión de las mujeres al interior de la clase. Matar al macho, como “matar al padre”, implica fundamentalmente- sin negar el potencial explicativo de las distintas contradicciones- desligarse de toda la carga teórica que contrapone opresiones y explotaciones de clase y género, priorizando unas y secundando otras para pensar la lucha concreta. Matar al macho es también deconstruir los discursos y prácticas sobre los que descansan nuestras relaciones sociales para asumir prácticas prefigurativas que den lugar a nuevas formas de relacionarnos socialmente como parte constitutiva del horizonte estratégico de cambio social, pues pensar un horizonte pos-capitalista sin problematizar las opresiones de género, raza, edad, etnia e identidad sexual, solo nos asegura el fracaso anticipado de cualquier proyecto político que se precie revolucionario.

Es así que este número pretende ser un aporte para pensar el feminismo desde sus diferentes matices, bordes, luchas y expresiones concretas, pero fundamentalmente desde sus protagonistas. Propone un vasto recorrido que abarca la problematización de la Ley de Salud Sexual y Reproductiva, la violencia obstétrica, el acoso sexual callejero, la lucha antipatriarcal como clave para la emancipación humana, los roles asignados socialmente y la supeditación de las mujeres en el deporte, la necesidad de construir feminismos anticapitalistas, anticoloniales y antipatriarcales, la deconstrucción de las masculinidades hegemónicas, la acumulación del capital y la violencia hacia las mujeres, los feminicidios, los aportes de la economía feminista para la comprensión de las desigualdades, el Paro Internacional de Mujeres, los orígenes del 8 marzo y su vínculo con la Revolución Rusa, el protagonismo de las mujeres en nuestra historia, la dimensión política de los testimonios de mujeres en posdictadura, los distintos significados que el término “feminismo” tuvo a lo largo de la historia de nuestro país, y un largo etcétera.

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