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Hemisferio Izquierdo

Entrevista al Centro de Estudiantes del Instituto de Profesores Artigas (CEIPA)*


Imagen: Tapa de Revista del Centro de Estudiantes del Instituto de Profesores Artigas (1957)

Hemisferio Izquierdo (HI): ¿Cuáles son a vuestro juicio los principales problemas que presenta la educación pública nacional (centrándose en vuestro nivel educativo de actuación)?

CEIPA: Sin duda resulta muy difícil o casi imposible delinear en ocho mil caracteres los principales problemas de nuestro sistema educativo, teniendo en cuenta que quienes escribimos somos estudiantes y militantes gremiales, pero de ninguna manera analistas que cuenten con las herramientas suficientes para alcanzar cierto nivel de profundidad en el tema que se quiere desarrollar.

Sin embargo sabemos que las propuestas teóricas, incluso en su máximo nivel de abstracción, son el resultado de una serie de prácticas cotidianas estudiadas, sintetizadas, en fin: teorizadas. Desde esta premisa, el estar insertos en una determinada realidad educativa desde cualquiera de sus roles, ayuda a la producción de ideas para responder a la pregunta planteada.

Resulta difícil entender cuáles son los problemas actuales en nuestra educación pública si la entendemos como un fenómeno aislado, compartimentado, separado del conjunto de relaciones sociales, económicas, políticas y jurídicas que configuran nuestra realidad nacional actual. Es por eso que algunos problemas que hoy están planteados en el debate educativo son sin duda una producción de la realidad actual, ya que esta realidad así como produce las causas de los problemas, también genera sus posibles soluciones o respuestas. En este afán de proponer soluciones desfilan por la pantalla las propuestas más innovadoras y los personajes más pintorescos de nuestra escena política. Así el tema deserción, superpoblación, repetición, ausentismo docente, falta de vocación y otros, arrojan sobre los distintos sujetos del ámbito educativo diversas responsabilidades con la intención de dar en el blanco y así solucionar las falencias que hostigan a nuestra educación pública.

Entrando específicamente en el tema de la formación en educación, la cual ocupa un lugar importante en el debate educativo de hoy en día, son varios los problemas que azotan a la misma. A su vez estos problemas se pueden ver desde distintos ángulos. Desde la óptica del estudiante podríamos decir entonces que los principales problemas que tenemos en nuestra carrera son dos: por un lado la insuficiente adjudicación de recursos, ya sea para becas o infraestructura, y por otro lado la falta de una Universidad donde el cogobierno sea el mecanismo de conducción política.

Con respecto al primer punto, en formación docente el 47 % de los estudiantes es trabajador activo, mientras que el 41% percibe un sustento económico proveniente de sus padres, lo cual se traduce muchas veces en la dilatación de la carrera en el tiempo ya que resulta incompatible trabajar ocho horas y concurrir a clase otras cuatro. Por otro lado un cuarto de las mujeres futuras docentes, que son el 73% de las estudiantes en nuestra carrera, tienen hijos a cargo. Estos son solo algunos de los datos que muestran el origen trabajador de los alumnos del IPA y de todos los alumnos que estudian en la órbita del Consejo de Formación en Educación (CFE) y que marcan la necesidad de una política de becas acorde a las necesidades concretas de nuestra carrera.

Esta falta de recursos también se manifiesta en la nula accesibilidad en la mayoría de nuestros institutos, donde una enorme cantidad de compañeros se somete a diario a un gran sacrificio para poder acceder a un salón. En nuestro instituto seguimos sin tener un ascensor que permita una mejor movilidad a docentes y alumnos.

Por otro lado, el otro gran tema que afecta a formación docente es la dependencia político-administrativa con respecto a la ANEP que pone a docentes y estudiantes al margen de la conducción del sistema, menospreciando su capacidad de construir sus propios mecanismos de formación. A su vez en su carácter de profesorado, nuestra carrera no alcanza un título de grado que posicione al docente en igualdad de condiciones con cualquier otro profesional licenciado en la universidad.

Con respecto a la creación de la Universidad de la Educación, si bien sabemos que desde la última ley de educación se establece la creación de dicha universidad, la misma se vio truncada por la falta de acuerdos políticos que se necesitan para su creación, ya que como ente autónomo necesita de tres cuartos de los votos en ambas cámaras. Sin duda hoy en día dentro del debate educativo pisan muy fuerte las opiniones que tienden hacia el mayor control del poder ejecutivo en todos los ámbitos y donde el seguimiento o contralor es ejercido desde el sistema político (oposición), sacando de la cancha a los sindicatos y gremios de la enseñanza. Esto enmarcado en la creciente influencia de la derecha tradicional y un claro giro hacia la derecha de la política de gobierno del FA que ve peligrar su cuarto gobierno.

Los problemas en nuestra carrera son múltiples y dependen del instituto o especialidad. Desde los serios problemas de los compañeros de Educación Social que aún siguen sin poderse recibir, así como la excesiva carga horaria, el régimen de asistencias y la existencia de materias de difícil explicación configuran solo parte de los problemas a los que nos vemos enfrentados día a día los estudiantes.

En este sentido entendemos que la única forma de mejorar la situación planteada y de jerarquizar y revalorizar la carrera docente es creando una Universidad autónoma y cogobernada, donde la paridad de ordenes en todos los ámbitos (desde los órganos superiores de conducción hasta la dirección de cada instituto) garantice la posibilidad de construir entre todos una formación docente de cara a la transformación social.

HI: ¿Cuáles son las principales propuestas de política educativa que desde vuestro sindicato/gremio se están impulsando? (incluyendo propuestas de tipo pedagógico).

CEIPA: Desde el Centro de Estudiantes del IPA y en coordinación junto a todos los centros de estudiantes de formación docente se han elaborado distintas propuestas programáticas que abarcan los problemas mencionados anteriormente: desde una política de becas populares, hasta la creación de una Universidad Nacional de Educación (UNED) cogobernada. Los gremios han propuesto en varias ocasiones modelos concretos de cómo debe ser esta universidad, lo cual sin duda resulta demasiado complejo como para desarrollar en estas páginas.

En el plano de la lucha por becas el Centro de estudiantes del IPA propone extender el alcance de las mismas al 10% del padrón estudiantil a nivel nacional, pero también en cada instituto. A su vez, reclamamos que estas becas sean pagadas en tiempo y forma comenzando en el mes de marzo.

Con respecto a este tema reconocemos que, producto de la lucha llevada a cabo en años anteriores (pero sobre todo en el 2015), existió una mejora en el sistema ya que si bien el número de becas permaneció incambiado (2345), el monto destinado a las mismas sufrió un importante aumento. Anteriormente, el estudiante becado podía percibir 7 mil, 12 mil o 40 pesos y ahora todos los alumnos que hagan usufructo de la beca perciben 48 mil pesos al año, lo cual significó una inversión del triple de dinero destinado a becas por parte del CFE. Es por esto que resulta fundamental ahora dar la lucha por extender este derecho a más compañeros en todo el país.

A modo de conclusión.

Cuando hablamos de proponer soluciones es importante hacerlo desde cierta humildad, es decir, efectivamente nadie, ni los sindicatos, ni las autoridades ni los organismos internacionales de crédito tienen las respuestas exactas a los problemas que operan hoy en día. En todo caso lo que hay son distintos modelos explicativos que desembocan en diversos proyectos políticos/educacionales en pugna.

Desde esta óptica de conflicto es que desde los gremios y sindicatos debemos construir propuestas que intenten modificar el sistema educativo en general, con la intención de adecuarlo a un proyecto social popular que tenga como sujeto a todos los oprimidos y que intente generar las bases para que éstos tengan en sus manos algunas herramientas que ayuden a su emancipación.

En ese sentido entendemos que las propuestas deben ir acompañadas de movilización, lucha y resistencia ya que son estos elementos los que resignifican las mismas. Es por eso que en parte hay que acabar con el mito de la educación emancipadora, ya que la misma es sólo un elemento más de formación, que sólo cobra sentido en el marco de la lucha de clases, que es en donde de verdad se nos va la vida como militantes. Porque antes de ver las propuestas concretas para el ahora, tenemos que saber hacia dónde queremos caminar. A nuestro entender es necesario construir una educación que aporte elementos de subjetivación que empujen hacia la lucha de clases, es decir, una educación donde el sujeto social sean las clases oprimidas, los de abajo, que conjuntamente con una práctica consecuente de lucha, configure las subjetividades hacia un proceso de ruptura con este sistema que, lejos de aportar las soluciones a los problemas del hoy, produce las causas de los mismos.

* Comisión Organización del Centro de Estudiantes del IPA (CEIPA)

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