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  • Hemisferio Izquierdo

No te olvides del pago


Imagen: María Noel Curbelo


El referéndum para derogar los 135 artículos de la LUC en el pasado mes de marzo dejó amargores propios de tener que pensar en la rareza de una "comunidad país". La disputa por el “interior” y sus votantes nos hace poner el foco en las representaciones - siempre construidas desde la capital- de aquella alteridad que nos resulta tan ajena como desafiante.

A lo largo de las diversas campañas vimos los intentos por encontrar elementos que reagrupan al Uruguay en un marco de sentido. El spot de campaña del gobierno impulsor de esta ley exponía diversos símbolos de unidad patria como relato fundacional con pretensiones de homogeneizar la heterogeneidad: todo de celeste junto a un himno nacional que exalta el relato de la patria: blanco, peinado, limpio, sin subalternidades. Con la celeste ganamos todos, dice y juega con el color lleno de mitos unitarios. Masculinos también. Relato de unificación. Relato que reprime lo popular en tanto heterogeneidad, spot que defiende bien su ley urgente. Pero ¿en qué celeste pensamos cuando nos dicen “la celeste”? ¿En qué país? ¿Montevideo? ¿El “interior” -así de entrecomillado para su diversidad?

Los prejuicios son instantáneos. Mientras que en Montevideo gana la derogación de los artículos de la ley, el interior es elocuente en su heterogeneidad y plantea la complejidad de lo variado y singular. Rivera. Trinidad. Treinta y Tres. Salto. Canelones. ¿Qué los une políticamente y que los diferencia? Todo. Cada sitio solo puede pensarse en su singularidad. Histórica, situada, vincular. Porque la gente se mueve, el interior se mueve y no sólo a la capital. También conforma lazos de un lugar a otro y muchas veces lo que mueve es la comunidad familia en vez de la patria, y son las formas de proveerse más que la identidad local. Los exilios de lo rural a las ciudades, la conformación de nuevas familias, los hilos de siempre con trayectorias de algún interior que hizo casa en la ciudad que prometía riquezas. Las prácticas políticas también son singulares y transitan por otras cercanías que no siempre son fuente de clientelismos, y se sostienen por militancias sociales y político-partidarias en terrenos disímiles, que para hacerse lugar en lo político suelen atravesar el señalamiento y la hostilidad de no pertenecer a las filas de la tradición.

En este número de Hemisferio Izquierdo nos proponemos un acercamiento a los interiores de nuestro país para conocer y pensar en su diversidad más allá de los mitos que fundan la propia división entre interior y capital.


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