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La derecha en América Latina y sus think tanks. Entrevista a Camila Rocha de Oliveira


Ilustración: libertarians, por Fede Murro.



Conversamos con Camila Rocha, ganadora en 2020 del premio a mejor tesis de doctorado en Ciencias Humanas de la reconocida Universidad de San Pablo (USP), premiación ésta que pretende valorizar la investigación realizada en todo Brasil. La tesis de Camila se denomina Menos Marx, mais ‘Mises’: uma gênese da nova direita brasileira (2006-2018). Allí argumenta que una nueva derecha habría comenzado a consolidarse en Brasil a partir de 2006, que se inició en las redes digitales y acabó materializándose en movimientos de la sociedad civil, inclusive en la creación de partidos políticos. Esta nueva derecha, además de presentar efervescentes personajes y de utilizar otras formas de intervención en la esfera pública, se caracteriza por romper con el pacto de 1988 que establecía los límites de actuación de la derecha tradicional brasileña desde la redemocratización del país. La principal victoria de este movimiento fue el impeachment realizado a la ex-presidenta Dilma Rousseff (y la consecuente retirada del PT del gobierno) así como la posterior campaña y elección del actual presidente Jair Bolsonaro. Camila también integra un grupo de investigación sobre la evolución del movimiento (neo)liberal y sus redes de think tanks en América Latina. Es en ese sentido que nos interesó entrevistarla, para comprender un poco mejor cómo es que estos centros de difusión de ideas, que se mueven entre dos extremos, desde el “profesionalismo políticamente desinteresado” a un “activismo político orientado ideológicamente”, acaban por influenciar el clima político y elaboran estrategias de comunicación muchas veces vehiculizadas por los grandes medios.



Hemisferio Izquierdo: ¿Qué son y cuál es el origen de los think tanks?


Camila Rocha: La expresión think tank remonta su origen a las salas secretas donde se discutían estrategias de guerra. Actualmente son centros de difusión de ideas y de análisis de políticas públicas, que pueden basarse o no en investigación propia y que actúan a partir de la sociedad civil, procurando intervenir en el debate público, sea informando a instancias gubernamentales como influenciando la opinión pública en general. Tienen origen en el contexto anglosajón y las primeras instituciones datan de la década de 1920, las cuales se pasan a multiplicar a partir de 1970, principalmente aquellas que defienden posturas de derecha en el espectro político: conservadores y pro mercado[1].


Hemisferio Izquierdo: ¿En qué momento histórico emergen los think tanks de derecha en América Latina y a los intereses de cuáles sectores de la sociedad vienen a representar?


Camila Rocha: En América Latina el momento crucial para la expansión de think tanks de derecha es la década de 1980, cuando muchos países enfrentan los desafíos de la crisis de la deuda. En este contexto de inestabilidad económica y en el caso de algunos países del Cono Sur también de redemocratización, es que se instalan nuevas asociaciones civiles y thinks tanks por la defensa del libre mercado. Esto no es casual. En el medio de la crisis de la deuda se funda Atlas Network, una articuladora norteamericana de think tanks que tiene como visión un mundo libre, donde los principios de libertad individual, derechos de propiedad, gobierno limitado y mercados libres estén asegurados por el imperio de la ley. A partir de entonces comienzan a proliferar en América Latina varios grupos nacionales e internacionales, alineados a la defensa del libre mercado que, aprovechando la coyuntura “favorable” a sus intereses, proponen programas político-económicos orientados a presionar la adopción de medidas que incentiven apertura de mercados, recortes en los gastos del Estado y privatización de empresas estatales. De este modo se abre una oportunidad para que políticas públicas de orientación neoliberal, que ya venían siendo propuestas para combatir la inflación y aumentar las tasas de crecimiento económico en Inglaterra y Estados Unidos, intensifiquen sus actividades en la región. Una excepción en este sentido son los casos de Argentina y Chile, que debido a sus respectivas dictaduras ya abrigaban elites neoliberales en el Estado, las cuales por su vez también transitaban los think tanks de sus respectivos países. Por lo tanto, es posible decir que la actuación de Atlas en América Latina en 1980-1990 marcó el primer momento histórico de intervención de think tanks “activistas” de derecha en la región, sea auxiliando en la fundación de organizaciones nuevas o incorporando think tanks creados por elites locales, especialmente por grupos de empresarios nacionales y extranjeros. También fue fundamental para brindar cierto grado de homogeneidad a los discursos y prácticas de los think tanks latinoamericanos. Las políticas implementadas a lo largo de la década de 1990 son un muy buen ejemplo. Un segundo momento se da con el giro progresista que hubo en la región a partir de mediados de la década de 2000, cuando se observa una actuación cuantitativa y cualitativamente diferenciada. Cuantitativa por el notorio aumento en número de organizaciones[2], así como el refuerzo en recursos de las ya existentes; cualitativa porque el foco ahora es dar batalla en el campo de las ideas, llevando a cabo una activa disputa de hegemonía a partir de la sociedad civil dentro de marcos democráticos.



Hemisferio Izquierdo: En la actualidad, ¿cuál es el vínculo de estos think tanks con los libertarians y qué es lo que están disputando en el campo de las ideas?


Camila Rocha: En los últimos tiempos hubo, especialmente en Brasil, una recepción creativa de la obra del economista austríaco Ludwig Von Mises que permitió que el libertarianismo, o ultraliberalismo, ganase popularidad entre profesionales liberales, universitarios y jóvenes empresarios. El libertarianismo difiere del neoliberalismo porque hace una defensa moral y filosófica del capitalismo de libre mercado, no apenas en base a un discurso económico realizado por especialistas. Asimismo, es más radical en términos de propuestas de políticas públicas, considerando sus principales slogans: “privatiza todo” o “el impuesto es robo”. Con el tiempo fueron surgiendo algunos think tanks ultraliberales en Brasil, el más importante de estos es el Instituto Mises Brasil, donde Eduardo Bolsonaro, diputado federal e hijo del actual presidente, cursó una posgraduación en economía austríaca. Además, es posible decir que buena parte del equipo del actual ministro de economía, Paulo Guedes[3], es ultraliberal. En el resto de los países de América Latina no hubo una penetración del libertarianismo con la misma importancia como ocurrió en Brasil. Sin embargo, los ultraliberales brasileños se mueven en los mismos circuitos que los neoliberales latinoamericanos, como por ejemplo Alejandro Chafuen, argentino que presidió Atlas Network.



Camila Rocha de Oliveira.


 

Notas:

[1] La Universidad de Pennsylvania divulga periódicamente un ranking con los think tanks más influyentes del mundo. El ranking 2020 de los Top Think Tanks en América del Sur y América Central presenta 85 instituciones. Figuran cuatro asociaciones uruguayas: CERES, CURI, CLAEH, y CINVE, que se ubican en el 6to, 13ro, 15to, 52 puesto, respectivamente. El ranking completo se puede consultar en https://repository.upenn.edu/cgi/viewcontent.cgi?article=1019&context=think_tanks


[2] La red de miembros de Atlas se puede conferir en su página web (www.atlasnetwork.org/partners/global-directory). Actualmente, en América Latina y el Caribe figuran 100 miembros, siendo que casi la mitad están concentrados en cuatro países: Brasil (15), Chile (14), Argentina (14) y Uruguay (4). Los miembros uruguayos de Atlas son: el CED (Centro de Estudios para el Desarrollo), CERES, IEEM (Escuela de Negocios de la Universidad de Montevideo) y CESCOS (Centro para el Estudio de las sociedades abiertas).


[3] Paulo Guedes realizó su doctorado en economía en la Universidad de Chicago (1974-1978) y en la década de 1980, en plena dictadura pinochetista, al ser reclutado por uno de los Chicago Boys acepta un cargo de tiempo completo en la Universidad de Chile, intervenida por los militares. En Brasil co-fundó el Instituto Millenium, think tank que según su página web promueve valores que garanticen una sociedad libre, con libertad individual, economía de mercado, democracia representativa y estado de derecho.

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