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  • Grupo de Investigación en Antropología Forense (GIAF)

¿Dónde están? Una reflexión acerca de los trabajos de búsqueda de Detenidos-Desaparecidos


Imagen: Mariana Escobar


Por Grupo de Investigación en Antropología Forense (GIAF)


En el año 2005, a iniciativa de Presidencia de la República se firmó un convenio con la Universidad de la República para conformar un equipo de antropólogos y arqueólogos que se dedicaría a la búsqueda de personas Detenidas Desaparecidas en el marco del último golpe de estado cívico-militar que sufrió nuestro país, dando surgimiento al Grupo de Investigación en Antropología Forense (GIAF).


Las primeras intervenciones del GIAF fueron realizadas en el ex-Batallón de Infantería Nº13, en el Batallón de Infantería Paracaidista Nº14 y en la Chacra de Pando -predio que perteneció al MLN-T, posteriormente apropiado por la Fuerza Aérea y finalmente vendido a un privado-. A fines de 2005 tuvieron lugar los primeros dos hallazgos de restos óseos humanos: Ubagesner Chaves Sosa, el 29 de noviembre de 2005 en la Chacra de Pando; y Fernando Miranda Pérez, el 2 de diciembre de 2005 en el ex Batallón de Infantería Nº13.


El 21 de octubre de 2011 ocurrió el tercer hallazgo de restos óseos humanos en el Batallón de Infantería Paracaidista Nº14 que fueron posteriormente identificados como Julio Castro Pérez. Unos meses después, el 15 de marzo de 2012, en el mismo predio fue localizado el cuerpo de Ricardo Blanco Valiente. El 28 de agosto de 2019 en el ex-Batallón de Infantería Nº13 se recuperó el esqueleto de quien un mes después sería identificado como Eduardo Bleier Horovitz.


Finalmente el pasado 6 de junio fue recuperado un nuevo cuerpo en el Batallón de Infantería N°14. Si bien estos restos aún no han podido ser identificados, es posible afirmar que se trata de la primera mujer detenida y desaparecida que ha sido recuperada.


La responsabilidad de la búsqueda y la adscripción institucional del equipo varió a lo largo de los años. En el 2019 se promulgó la Ley Nº 19.822, la cual establece que la búsqueda de Detenidos-Desaparecidos es encomendada a la Institución Nacional de Derechos Humanos y Defensoría del Pueblo (INDDHH). Este cambio tuvo como objetivo que la búsqueda continúe sin depender de la voluntad del Poder Ejecutivo y de los cambios de mandato, generando garantías de continuidad.


Metodología de Trabajo


En términos generales, el objetivo del trabajo se centra en la búsqueda, la localización, la exhumación y la identificación de restos óseos pertenecientes a Detenidos-Desaparecidos de la última dictadura cívico-militar. Para ello, es necesario la combinación de diversas técnicas y métodos de la antropología, la arqueología y la genética. Las tareas del GIAF se dividen de forma amplia en cuatro etapas que se encuentran interconectadas.


La primera etapa es la investigación preliminar, la cuál consiste en la recopilación de diferentes fuentes de información con el objetivo de establecer una estrategia de búsqueda. Se recaba información de fuentes orales (entrevistas) y fuentes escritas (archivos, prensa, documentos judiciales, etc.) sobre los acontecimientos del período de interés. También se recopilan los datos antemortem de las personas desaparecidas indagando sobre sus características físicas (edad, estatura, sexo, entre otros) y rasgos individualizantes (lesiones y patologías previas, características dentales, ropa que vestían, entre otros). Toda esta información es de interés para colaborar con un eventual proceso de identificación de restos.


Esta etapa implica también un trabajo exhaustivo de análisis de fotografías aéreas e imágenes satelitales, con el objetivo de estudiar los cambios en el paisaje, realizando una revisión de antecedentes de las áreas de interés (modificaciones en el terreno o en estructuras) y contrastando la información espacial referida en otras fuentes de información, previamente relevadas. Una vez procesada esta información, y si el caso lo amerita, se realiza una delimitación del área de interés, que será analizada con el director del área de Búsqueda de la INDDHH para posteriormente ser elevada a un juez o al fiscal Especializado en Crímenes de Lesa Humanidad según corresponda, para una posterior cautela judicial e intervención arqueológica.


Una vez dispuesta la cautela judicial se procede a la siguiente etapa, el trabajo de campo. En ella se referencian los puntos GPS en el terreno, se traza un grillado que se adecue al área seleccionada y se realiza un levantamiento planimétrico donde se registran todos los elementos espaciales de interés, para luego comenzar las excavaciones. Las intervenciones arqueológicas se realizan mediante una estrategia determinada en función de las condiciones del sitio.


Dadas las extensiones territoriales de la mayoría de los predios que aborda el equipo, las excavaciones generalmente se realizan mediante retroexcavadora, con un maquinista entrenado y la supervisión de los miembros del GIAF. Estos, controlan tanto los perfiles estratigráficos como la planta de la excavación y el sedimento recogido por la retroexcavadora. Las trincheras realizadas en este tipo de abordaje son por lo general de 5 m de largo por 1,5 m de ancho, una contigua a la otra, sin dejar espacios sin abordar entre ellas con el objetivo de tener un control absoluto sobre el terreno. En el caso de hallarse algún tipo de anomalía estratigráfica la intervención pasará a ser realizada con materiales de mayor precisión (palas, cucharínes, estecas, etc.) y de forma manual.


Debido a que las excavaciones arqueológicas son intervenciones destructivas, es necesario que el registro sea minucioso ya que este sirve como insumo para informes de actuación que se entregarán a las autoridades correspondientes, y que además pueden ser utilizados como prueba judicial.


Sin embargo, hay intervenciones que son más puntuales, como es el caso de la ubicación de restos en un cementerio, la intervención dentro de ciertas edificaciones, o áreas de dimensiones pequeñas. En el caso de los cementerios se realiza una búsqueda en el área donde se encuentra la parcela o nicho y una vez localizada se efectúa la exhumación. En el caso de tratarse de una zona puntual, ésta se excava con los métodos que correspondan y si efectivamente se encuentran restos humanos, estos serán debidamente extraídos y trasladados al laboratorio para su posterior abordaje.


El GIAF cuenta con un laboratorio, en el cual se lleva a cabo la tercera etapa del trabajo. Allí se trasladan los restos humanos y la evidencia asociada para su análisis, con su correspondiente cadena de custodia. Se realizan los estudios antropológicos que incluyen la realización del perfil biológico (sexo, edad, estatura), odontogramas, patologías, registro de rasgos individualizantes, análisis de traumas y procesos postmortem. Esto permite realizar una comparación con la base de datos antemortem de las personas desaparecidas para colaborar en el proceso de su identificación. Se trabaja en conjunto con una junta médica la cual elaborará su propio informe, que determinará la causa de muerte.


Asimismo, durante el análisis se extraerá una muestra ósea o dental para ser enviada a un laboratorio especializado con el objetivo de obtener un perfil genético que permita su comparación con las muestras de referencia. De existir una coincidencia, y luego de un análisis que integre los datos antropológicos y los genéticos, se generará un informe multidisciplinario para dar cuenta de la identificación de los restos hallados.


Una vez identificados los restos se notificará a la familia correspondiente, dando lugar a la última etapa de nuestra labor, la restitución de los restos óseos. Aquí los familiares serán convocadosa nuestro laboratorio con el fin brindarles un espacio reservado para explicarles los resultados de los análisis y clarificar dudas. Esta etapa se lleva a cabo siguiendo los protocolos establecidos por organismos internacionales que procuran respetar el derecho a las familias con respeto y dignidad. Una vez que la justicia lo avale los restos serán entregados a la familia, dando un cierre a esta etapa de la investigación.


¿Dónde están?


En Latinoamérica, cada país presenta sus propias características en relación a la disputa permanente de la sociedad en materia de derechos humanos. Hoy en Uruguay, a 50 años del Golpe de Estado, se sigue teniendo incertidumbre acerca de acontecimientos y paradero de personas.


¿Dónde están?” Es un lema portado en las diferentes Marchas del Silencio que manifiesta la verdadera problemática a la cual el GIAF se enfrenta cada día. La información es escasa, imprecisa e indirecta. Los sitios a abordar suelen tener dimensiones sumamente amplias, lo que implica extensos períodos de tiempo en cada intervención.


Hasta la actualidad nuestro trabajo ha permitido localizar seis individuos e identificar cinco de ellos. El momento de un hallazgo en el equipo genera sensaciones diversas, encontradas. Como profesionales forenses es importante mantener la objetividad para que las tareas sean realizadas de forma adecuada, intentando minimizar al máximo los posibles errores, con mecanismos de registro minuciosos que generen legitimidad y veracidad a la labor realizada y a los datos obtenidos. Sin embargo, como seres emocionales cada miembro del equipo transita emociones diferentes, como la satisfacción de realizar un hallazgo luego de excavar miles de metros cuadrados de tierra, la tranquilidad de saber que desde ese momento ese cuerpo se encuentra a resguardo, y una variedad de sentimientos que van de la tristeza a la paz pasando por dolor, angustia y ansiedad.


En relación al último hallazgo


El último cuerpo encontrado por el GIAF, el 6 de junio de 2023 corresponde al primer cuerpo de una mujer Detenida Desaparecida hallado en nuestro país. Al igual que en otros casos, el cuerpo fue ubicado en una tumba clandestina cubierto de abundante cal. El tratamiento a su cuerpo incluyó la colocación de su cuerpo desnudo boca abajo, la cobertura del mismo con abundante cal y la colocación de una losa de material por encima de la cal. Todo esto en una tumba excavada en la piedra y a escasa profundidad. A la fecha de escritura de este texto no ha sido posible identificar los restos y se continúa el esfuerzo por lograr ampliar las muestras de referencia de familias de Detenidos Desaparecidos. Aquellas personas que deseen realizar la donación de sangre deben comunicarse con la Asociación de Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos con el fin de ampliar la base de datos genéticos.




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