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Josefina Gonzalez* y Diana Sellanes**

Uruguay y la región: conquistas y desafíos


El contexto actual político de nuestro país de cara a las elecciones nacionales 2019 nos hace reflexionar con respecto a varias cuestiones: qué clase de país queremos construir para quienes nos precederán, qué clase de cultura, sociedad y capacidades queremos dejar instaladas, y qué situaciones, cuerpos, subjetividades queremos y necesariamente debemos visibilizar.

¿Cómo hacer política inclusiva, integradora donde los derechos humanos primen, donde lo colectivo supere lo personal y los personalismos?

En un momento histórico de avanzada del neoliberalismo a nivel regional, de represión y violencia, observamos con suma preocupación- y eso nos ocupa- la proliferación e impunidad de los discursos de odio. Es preocupante el rol de los medios de comunicación y la reproducción de discursos políticos cargados de misoginia, machismo, xenofobia y racismo, basados en la conservadora e instalada visión heterocispatriarcal -conjunto de normas y régimen político que instala el binarismo de género y la heterosexualidad como obligatorios, y otorga privilegios a los varones y masculinidades por sobre las mujeres y las diversas formas de habitar lo femenino- de nuestro sistema occidental.

Para quienes carecimos del ejercicio pleno de los derechos, en nuestro caso por habitar una identidad de género disidente a lo impuesto culturalmente, por habernos construido mujeres, por haber renunciado a los privilegios del patriarcado, entendemos que nos encontramos en un momento histórico de visibilización de nuestra situación y nuestras realidades que por siglos estuvieron silenciadas y reducidas a la clandestinidad. Basta observar la cruda realidad de América Latina en cuestiones de Derechos Humanos de las poblaciones de la diversidad y las disidencias, es la región más peligrosa del mundo para las mujeres cis, lesbianas, travestis y Trans. En el continente un promedio de 9 mujeres y diversas formas de habitar lo femenino son asesinadas por día.

En nuestra región el genocidio hacia las identidades trans, sobre todo de las mujeres trans se sigue llevando a nuestras compañeras: Argentina con una Ley de cupo laboral para las personas trans que durante la gestión neoliberal de Macri no se aplicó y la tardó lo más que pudo sin disponer de recursos económicos ni humanos para el abordaje y tratamiento de estos temas que impactan directamente sobre las personas Trans que no pueden ejercer su derecho a acceder a cuestiones básicas como el trabajo, la salud, la educación, la cultura, etc.

En Argentina, cada 27 horas una mujer sufre feminicidio y fueron asesinadas 14 travestis en lo que va del año 2019.

En Brasil las políticas neoliberales y conservadoras- opresoras de la gestión de Bolsonaro han reducido a cenizas lo avanzado en Derechos Humanos y están persiguiendo a la diversidad y las disidencias.

En lo que va del año han sido más de 123 las travestis y trans asesinadas víctimas de crímenes de odio.

En Paraguay existen más de 60 casos de asesinato a personas trans sin resolver en las últimas 3 décadas.

Uruguay registra 12 asesinatos a mujeres trans desde el año 2008 al 2016.

Estos datos entre otros nos permiten afirmar e instalar la figura de Genocidio trans en América Latina que las hermanas travas-trans argentinas vienen denunciando fuertemente. Porque la persecución, anulación y asesinato ha sido histórico pero el registro es reciente en el tiempo ya que la visibilización de estas violencias ha sido de un tiempo a esta parte.

En nuestro país construimos y vivimos un proceso histórico que perdurará en la memoria de todes. En el marco del tratamiento público y parlamentario de la Ley Integral para Personas trans- N° 19.684- las identidades trans organizadas construimos una Campaña en defensa y aprobación de dicha normativa que generó conciencia colectiva, informó y sensibilizó acerca de la situación real de las personas trans en nuestro país y de la necesidad de esta normativa para garantizar la accesibilidad real al ejercicio pleno de los derechos.

La Campaña Nacional por una Ley Integral para Personas Trans fue una acción que surge para hacer frente a la debate público en el que se encontraba el borrador de la ley mientras se discutía en la Comisión de Población, Desarrollo e Inclusión del Senado de la República.

En aquel entonces se entregaron a dicha comisión por parte de agrupaciones anti-derechos y conservadoras unas 5.600 firmas solicitando no se votara esta ley. Fue entonces cuando desde nuestra colectiva Unión Trans que tenía poco tiempo de conformada, tomamos la decisión de organizarnos y convocar a diversos colectivos que trabajan en DDHH a integrarse a lo que sería una campaña de asamblea permanente pero con algunos principios bien claros.

En primer lugar, más allá de la diversidad de les integrantes de la Campaña, las vocerías debían ser personas trans. Con esto no solo conseguimos hablar en primera persona y desde lo vivencial, sino que principalmente logramos construir un nuevo sujeto político anteriormente silenciado y puesto en segundo plano que ahora habla, reclama y exige de los asuntos que le pasan por su cuerpx y atraviesan su existencia.

En segundo lugar, la independencia del movimiento social de lo político partidario. Esto fue una medida que se tomó colectivamente, ya que la campaña tiene su razón de ser entre otras razones porque sabíamos que tanto legisladores del oficialismo como de oposición tenían ideas encontradas, desinformación y dudas respecto a si votar o no la ley. Para ello, el movimiento social debía movilizarse tomando una postura imparcial en cuanto a lo político-partidario y exigirle al gobierno y sus legisladores la pronta aprobación de una ley que propone un conjunto de acciones afirmativas para un colectivo históricamente vulnerado y discriminado. Finalmente, y para consagrar nuestra independencia, la financiación de dicha campaña debía ser autogestiva e independiente. Durante el periodo de campaña se habló que recibíamos ayuda económica del gobierno, de instituciones del estado, del Frente Amplio y nada más lejano a la realidad. Si hay algo que podemos asegurar y comprobar es que todos los fondos de esta campaña surgieron del trabajo de lxs colectivxs, en primera instancia con un aporte económico de las compañeras de ATRU- Asociacion Trans del Uruguay- para comprar el primer rollo de tela; tela que junto al trabajo colectivo y la creación de un taller de serigrafía luego se convertiría en los pañuelos que tanto impacto tuvieron a nivel nacional e internacional y que no solo fueron el soporte económico de la campaña sino también un identificativo y la identidad de la Campaña y para todes aquelles que apoyaron el proceso durante todo el año 2018.

La campaña contó con algunas acciones que consideramos pertinentes para que fuese claro que había un movimiento social reclamando y gran parte de la población uruguaya apoyando. Se realizó una recolección de firmas a favor de la ley que llegó a las 60.000 y que fueron entregadas a los legisladores por vocerías de la campaña el 10 de octubre del 2018 , se realizaron intervenciones artísticas, actos públicos y jornadas de información a la par de reuniones con actores políticos invitándolos a votar a favor y apoyar esta normativa.

Logramos pintar la Marcha de la Diversidad 2018 de amarillo, una marcha que convocó a más de 120.000 personas que llevaron sus pañuelos en reclamo de una #LeyTransYa. Finalmente, la ley fue aprobada en octubre de ese año, luego de varios meses de intenso trabajo y resistencia frente a los discursos de odio, y la cantidad de mentiras y disparates que se afirmaban sobre la ley por parte de aquellos que se opusieron públicamente. Existieron intentos de llevarla a referéndum y respondimos junto a otros colectivos con una denuncia penal a quienes promulgaron dicha medida (Alvaro Dastugue y Carlos Iafigliola), no solo porque consideramos que una ley de DDHH no puede ser llevada a referéndum sino porque además recibimos testimonios de personas que habían sido engañadas a la hora de firmar para llevar la ley a pre referéndum. Porque además consideramos que personas públicas deben cuidar sus discursos de fragmentación y odio que repercuten directamente sobre nuestros cuerpos generando situaciones de violencia como los casos de compañeras trans registrados que fueron atacadas por personas que afirmaron “ Te vamos a quitar la Ley Trans”.

Sin duda en estos últimos años gracias al trabajo de la Sociedad civil organizada mediante el diálogo con las últimas gestiones de gobierno hemos avanzado en la instalación de normativa y política pública para garantizar la accesibilidad a los derechos de las personas de la diversidad y las disidencias.

Como desafíos nos planteamos el seguimiento a la debida implementación de la Ley Integral Para Personas Trans y las políticas públicas que garanticen y promuevan la accesibilidad a los derechos de la diversidad y las disidencias. Seguir defendiendo la voz trans en primera persona, construir conocimiento desde nuestra propia cultura, construir y colocarnos en la historia de nuestros pueblos en la que no estamos porque no nos fué permitido.

Queremos ser-construir otra humanidad como lo afirma nuestra compañera poeta y activista argentina Susy Shock.

Una humanidad más sensible, humana, inclusiva que logre vínculos sanos y respetuosos.

* Activista transfeminista. Licenciada en Ciencias de la ComunicaciónIntegrante de la Colectiva Union Trans. Técnica de la División de Derechos Humanos de la Dirección Nacional de Promoción Sociocultural del Mides.

** Activista por los derechos Humanos. Integrante de la Colectiva Unión Trans. Vocera de la Campaña Nacional por la Ley Integral para Personas Trans

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