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  • Roberto Leher*

Las universidades públicas en el gobierno de Bolsonaro: un conflicto que expone dilemas civilizatori


Ilustración: "Fahrenheit 451", por Julio Castillo

Ya desde el período de la campaña electoral, el actual presidente de la República dirigió gran parte de sus pocas palabras para atacar a las universidades públicas. Informado por el movimiento fundamentalista denominado Escola Sem Partido, atribuyó a las universidades públicas ser un lugar de adoctrinamiento ideológico, de predominancia de lo que la ultraderecha estadounidense denominó como “marxismo cultural” y donde prevalece un comportamiento sexual por fuera de los patrones compatibles con la moral evangélica de cariz pentecostal y neopentecostal. En la víspera a su investidura, criticó la "basura marxista" en las escuelas (1), anunciando que una meta de su gobierno sería remover cualquier rastro de marxismo en la educación. Esta postura desinhibió a sectores del poder judicial que, en los días que precedieron a la segunda vuelta, emitieron en todo país, de modo articulado, decisiones judiciales que posibilitaron la gravísima intervención policial en las universidades, promoviendo la aprehensión de franjas, carteles, ordenadores, interrupción de clases y debates por las fuerzas policiales, iniciativas que fueron una prueba para el Estado de Derecho Democrático en el país.

Los acontecimientos ocurridos en los días que precedieron a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de 2018 significaron una ruptura en la sensación de que el ambiente de las universidades estaba protegido. Las acciones policiales y paramilitares (en el caso de la retirada de las banderas contra el fascismo) en los campus universitarios, con o sin amparo judicial, ocurrieron de modo articulado en al menos siete estados, alcanzando un gran número de instituciones (SILVA, COTRIM, 2018). La gravedad de estos acontecimientos fue de tal magnitud que el Supremo Tribunal Federal, provocado por la acción de la Procuradora General de la República, tuvo que manifestarse de modo incisivo en favor de esas libertades. La manifestación contundente del Supremo Tribunal Federal - STF, tras un largo y sentido silencio sobre el tema, confirma que realmente se produjo un cambio de escala en la afrenta a la autonomía universitaria (LEHER, 2019).

De hecho, la sesión del 31 de octubre de 2018 del Plenario del Supremo Tribunal Federal - STF examinó la limitación del Arreglo de Incumplimiento de Precepto Fundamental 548, juzgado por la fiscal general de la república, Raquel Dodge, contra "decisiones de jueces electorales que determinaron la búsqueda y la aprehensión de folletos y materiales de campaña electoral en universidades y en las dependencias de las sedes de asociaciones de docentes, y prohibieron clases con temática electoral y reuniones y asambleas de naturaleza políticas imponiendo la interrupción de manifestaciones públicas de aprecio o reprobación a candidatos en las elecciones elecciones generales de 2018 en universidades federales y estatales ". La decisión del STF fue un importante contrapunto de la Corte Suprema que exigió el respeto a la Constitución y a los derechos fundamentales establecidos en la Carta como la libertad de cátedra y la libertad de expresión del pensamiento. El STF sostuvo todas las medidas judiciales que indebidamente permitieron intervenciones policiales en las instituciones. La decisión, unánime (2), celebra los derechos fundamentales, los principios que rigen la libertad de expresión en los ámbitos de la educación, la ciencia, la cultura y la autonomía universitaria (CARNEIRO, TEIXEIRA, 2018, SUPREMO TRIBUNAL FEDERAL, 2018).

El presidente escogió, por indicación del denominado "ideólogo" de su familia, Olavo de Carvalho, Ricardo Vélez Rodríguez, un Ministro de Educación poco afecto a la ciencia, a la cultura y a la filosofía, a pesar de ser profesor de esta área, que, para agradar a los nuevos dirigentes, se esmeró en repetir sus discursos, incluso negando la existencia de una dictadura en Brasil, renombrada como un "movimiento cívico": "La historia brasileña muestra que el 31 de marzo de 1964 fue una decisión soberana de la sociedad brasileña. No fueron los cuarteles quienes colocaron al presidente Castelo Branco en el poder [...] Hubo un cambio de tipo institucional, no fue un golpe contra la Constitución en la época "(Valor, 3/4/19), propugnando que este" hecho " se corrigió en los libros didácticos de la historia, borrando la existencia de la dictadura.

En solo tres meses en el MEC, el Ministro, colombiano de nacimiento, calificó a los brasileños de viaje como caníbales: "roban cosas de los hoteles, roban el asiento salvavidas del avión"; a la vez que propugnó que "las universidades deben ser reservadas para una elite intelectual" así como también realizó una defensa de "La gestión cívico-militar (en las escuelas) aleja al traficante de la escuela", elogiando la acción cívica de Pablo Escobar: "Pablo Escobar había reservado campos de fútbol para los jóvenes, y una pequeña biblioteca (...) La idea de Pablo no era consumir cocaína en Colombia porque era producto de exportación (...) Sólo con ese hecho ya la violencia disminuye estadísticamente está comprobada (sic)" (3). Desde el MEC, además, se envió un e-mail a las escuelas pidiendo que los niños fueran perfilados para cantar el himno nacional y que fueran grabados. La carta solicitaba además que el lema de la campaña de Bolsonaro "Brasil por encima de todo. Dios por encima de todos" fuera leído en las escuelas.

A pesar de que inicialmente fue apoyado por el propio Olavo de Carvalho, considerado por los medios como ideólogo de la familia presidencial, Vélez rápidamente entró en ruta de colisión y pasó a ser considerado por el propio ideólogo un "mal olavista". Es decir, un discípulo que no entendió el alcance y la profundidad de la obra del personaje que lo indicó. Los imperios fueron dirigidos al ministro que, por más concesiones que hiciera para agradar a su padrino, haciendo dimitir a veinte dirigentes considerados como desafiantes al ideólogo, sobre todo militares y técnicos, acabó sufriendo críticas generalizadas, incluso de la base de apoyo del nuevo gobierno, y terminó siendo despedido por el Presidente .

El nuevo ministro, nombrado el 8 de abril, Abraham Weintraub, también contó con el aval del ideólogo de la familia, que lo consideró un verdadero olavista: leyó y comprendió su obra. A diferencia del anterior, el nuevo ministro ya componía el equipo que trabajaba la contrarreforma de la seguridad social. En su discurso de posesión sostuvo que combatirá el "marxismo cultural" en las universidades, en línea con el ideólogo de la familia presidencial. Poco afecto al diálogo institucional, rápidamente entró en confrontación con las universidades y hasta con el Congreso Nacional. A pesar de la oposición al actual gobierno ser minoría, acabó siendo convocado a dar informaciones al Congreso, en dos sesiones que acabaron en conflicto con parlamentarios. Sobre el modo de lidiar con la izquierda, en la Cumbre Conservadora de las Américas, en Foz do Iguaçu, Weintraub sintetizó: "Cuando un comunista llegue para usted con la conversación 'nhoim nhoim' xinga. Hace como el Olavo de Carvalho dice para hacer. Y cuando sea dialogar, no puede tener premisas racionales (4)"

El hecho es conocido. Después de años de críticas ácidas de Gore Vidal a los libros de Norman Mailer, ambos se encontraron casualmente en una fiesta en Nueva York. Mailer no se controla y da un golpe en Vidal. Gore, aún aturdido, se levanta y exclama 'Como siempre, le faltaron las palabras'. La analogía con el Brasil de hoy ciertamente es indebida, en virtud del talento de los dos escritores, pero nos ayuda a pensar la incomunicabilidad de los personajes de la República que están en confrontación con las universidades públicas. La carencia de palabras es una dura constatación. El desconcierto deriva del hecho de que las universidades actúan con base en lo que Habermas denomina de razón argumentativa. Golpes retóricos - por medio de adjetivaciones inusitadas, de críticas fuera del lugar y desproporcionadas - no se conforma con la vida universitaria. Pero agradan a segmentos que originalmente votaron en el actual gobierno y nutren fuerte sentimiento antiintelectualista, anticulturalista y anticientificista.

La narrativa para descalificar la universidad tiene dos nervios principales: 1. la crítica ideológica y 2. la acusación de que gastan demasiado y no están reconocidas como universidades de excelencia, lo que sólo sería cierto si estuvieran relacionadas entre las cien mejores universidades mundiales.

Todos los que conocen la historia de las universidades en Brasil y en el mundo saben que el intento de descalificar a las universidades brasileñas a partir de la lectura de rankings internacionales denota un increíble desconocimiento de los criterios utilizados en la clasificación, como ser la publicación en un pequeño grupo de revistas, premios Nobel en las instituciones, dirigentes de organismos internacionales y de grandes corporaciones. Sólo para citar un ejemplo: el Banco Mundial está dirigido por un ciudadano estadounidense y el FMI por un europeo. Además, los dirigentes de los organismos internacionales se definen a partir de la fuerza relativa de los países en las relaciones de poder mundial. En el caso de las universidades brasileñas, en las que profesores fueron blancos de prisiones y casaciones, como en el período de la dictadura de 1964-1980, así como de recortes presupuestarios draconianos.

Denota, principalmente, una increíble desconsideración sobre los determinantes que han fortalecido históricamente a las universidades de esos países. A diferencia de Brasil, los procesos de revolución burguesa en EEUU, Inglaterra y Francia, y con sus especificidades en Alemania, abrieron vías para proyectos autopropulsados de nación. La industrialización, en el siglo XIX y en las primeras décadas del siglo XX, se dio a partir de objetivos y medios nacionales: por eso, el apoyo activo del Estado a sus grandes universidades engendró notable fortalecimiento de la investigación en las mismas. Actualmente, estos estados asignan grandes sumas de recursos en sus universidades. El reciente anuncio del gobierno alemán de recreación de la infraestructura académica del país, aportando miles de millones de euros se suma a las inversiones realizadas en Estados Unidos y China. La Harvard Management Company declara un fondo de 37.100 millones de dólares (5), casi 3 veces el de las 63 universidades federales juntas.

Las dos narrativas - ideológica y de baja eficiencia - fueron condensadas en el acto del Ministro, de finales de abril de 2019, en un recorte del 30% de los recursos de tres universidades federales (Universidad Federal de Fluminense, Universidad Federal de Bahía y Universidad de Brasilia), son consideradas por el ministro como instituciones que promueven "barullo", "promueven eventos políticos o fiestas inadecuadas" y poseen un desempeño insatisfactorio. A pesar de la inconsistencia de la justificación, flagrantemente inconstitucional, el ministro alertado por los riesgos jurídicos del uso político de recursos presupuestarios, a pesar de estar previstos en la Ley Presupuestaria, extendió los recortes a las demás universidades federales, recortando el 30% de los recursos a las 63 federales existentes (6). Previamente, el presidente propugnó que la inversión debería centrarse en áreas como veterinaria, ingeniería y medicina, y no en las humanidades. En sesión en el Congreso, el Ministro habilitó el cobro de mensualidades en el postgrado stricto sensu, actualmente gratuita, e indicó que la opción para la expansión de la educación superior es la enseñanza privada que, en Brasil, está bajo control de grandes fondos de inversiones .

El conjunto de las acciones del MEC resultaron en las dos mayores manifestaciones contra el gobierno Bolsonaro, en defensa de las universidades y de la educación pública: la de 15 de abril y la de 30 de abril de 2019, discutidas a continuación.

Síntesis de las acciones en el plano normativo

Como se subrayó, las principales acciones del gobierno se concentran en el bloqueo del 30% del presupuesto global de las universidades federales, inviabilizando el funcionamiento básico de las instituciones que pueden tener que interrumpir sus actividades en pocos meses. Es importante subrayar que los recortes presupuestarios están inscritos en la Enmienda Constitucional n. 95/2016, aprobada en el gobierno Temer, después del impeachment extralegal de Dilma Rousseff. Es la medida que reduce, año a año, el 0,8% del PIB del gasto público con las políticas sociales y las inversiones públicas. El actual gobierno no ha institucionalizado muchas de sus proposiciones, pues, por orientación del área económica, canalizó su acción legal en la contrarreforma de la previsión. Las medidas encaminadas hasta el presente (16 de junio de 2019) permiten identificar que uno de los objetivos de las mismas es debilitar la autonomía universitaria.

En la educación básica, el gobierno envió al Congreso el Proyecto de Ley 2401/2019 que dispone sobre el ejercicio del derecho a la educación familiar, tal como demandado por comunidades religiosas fundamentalistas. El Decreto 9.765 de 11/04/19 instituye la Política Nacional de Alfabetización privilegiando técnicas contestadas por los estudiosos del área. Las pruebas que seleccionan a los nuevos estudiantes -el Examen Nacional de la Enseñanza Media- tendrán control del supuesto "sesgo ideológico" de las cuestiones de las pruebas anteriores por medio de la lectura previa de las pruebas por el núcleo gubernamental sobre cuestiones relativas a las cuestiones de género, sexualidad, análisis crítico de los procesos socio-históricos, ambientales, etc.

En la educación superior, editó el Decreto 9.794, 15/05/2019, estableciendo que el nombramiento para los cargos de dirección de las universidades federales debe ser precedido de análisis de los nombres por el gobierno federal, instituyendo el Sistema Integrado de Nombramientos y Consultas. El Decreto 9.754, de 11/04/2019 extingue cargos efectivos, perjudicando áreas administrativas de las universidades. Otra medida que preocupa a las universidades es el Decreto de 11 de abril que instituye portal único "gov.br" con el objetivo de unificar los portales y canales digitales de los órganos públicos, lo que puede significar pérdida grave de autonomía sobre la circulación de informaciones, análisis y estudios por las universidades.

El MEC y las clases dominantes

Los movimientos empresariales que actúan en pro de la agenda educativa del capital, como la coalición empresarial Todos por la Educación (Evangelista y Leher, 2012), Fundación Lemann, entre otras, no se ven representados por los dos ministros de la educación del gobierno Bolsonaro. Con ocasión de la posesión de Bolsonaro, los representantes del bloque de poder hicieron fuerte lobby en defensa del nombramiento de un representante del Todos por la Educación para el ministerio; sin embargo, aunque liberal, el nombre del indicado desagradó a la bancada evangélica que amenazó una guerra santa si Bolsonaro confirmase el nombre, ya en vías de nombramiento. Cuando Vélez Rodríguez cayó, nuevamente, los grandes medios intentaron emplacar el mismo nombre, sin éxito.

Los sectores dominantes en Brasil poseen una línea clara de acción: ampliar la cobertura pública de la enseñanza fundamental y difundir un ideario pedagógico referenciado en la llamada teoría del capital humano, socializando a los niños y jóvenes en conformidad con el mercado, lo que Florestan Fernandes conceptualizó como capitalismo dependiente para el caso brasileño. De esta forma, es posible afirmar que el bloque en el poder no apoya explícitamente la agenda de la Escuela sin Partido (LEHER, 2018).

Muchos militares de alto rango fueron desplazados al MEC; sin embargo, también los militares fueron considerados demasiados "tecnócratas" y poco afectos al sesgo ideológico fundamentalista pretendido por el gobierno. Es conocido el hecho de que el así llamado ideólogo de la familia presidencial está en conflicto abierto con sectores militares y hasta el momento ha vencido todas las contiendas.

La novedad de la coyuntura brasileña es la retomada de movimientos ciudadanos en pro de la universidad pública, como los que tomaron cientos de ciudades, reuniendo más de un millón y medio de manifestantes el 15 de abril, repitiendo con éxito actos el 30 de abril y , el 14 de junio, agregando movimientos en la huelga general que logró considerable éxito en el país. Estos movimientos ampliaron las manifestaciones promovidas por la izquierda, logrando gran espacio en la gran prensa brasileña, reconocidamente impermeable a las manifestaciones sociales. Recuperar el sentido de protagonismo social es, más que en cualquier período desde el final de la dictadura, necesario la existencia de bases democráticas en Brasil. Las brechas pueden estar siendo forjadas en esas jornadas en pro de la educación pública.

* Roberto Leher es profesor titular de Políticas Públicas en Educación de la Facultad de Educación de la Universidad Federal de Río de Janeiro. Fue rector de dicha Universidad en el período de julio de 2015 a julio de 2019. Investigador de la CNP, coordina el Colectivo de Investigación en Marxismo y Educación.

Nota: Este artículo fue escrito en portugués. La traducción estuvo a cargo de Hemisferio Izquierdo.

Notas

1) UOL, Brasilia, 31/12/18. En víspera de la toma de posesión, Bolsonaro critica la basura marxista en las escuelas, disponible en:https://noticias.uol.com.br/politica/ultimas-noticias/2018/12/31/bolsonaro-marxismo-escolas.htm

2) Decisión: El tribunal, por unanimidad, reconoció adecuada la utilización del argumento de incumplimiento del proceso fundamental, sea porque respetado, en caso, el prinicipo de subsidiaridad, sea, incluso, porque es procesalmente viable la impugnación, por su intermedio, de decisiones judiciales o de interpretaciones judiciales de textos normativos. En seguida, el Tribunal, también por votación unánime, refrendó, integralmente, la decisión proferida por la Relatora, Ministra Cármen Lúcia, decisión que reviste de efecto vinculante y de eficacia contra todos (supendiéndose los efectos de actos judiciales administrativos, emanados de la autoridad pública que posibiliten, determinen o promuevan el ingreso de agentes públicos en universidades públicas o privadas, el reconocimiento de documentos, la interrupción de aulas, debates o manifestaciones de docentes y estudiantes universitarios, la actividad disciplinar docente y la obtención irregular de testimonios de esos ciudadanos por la pŕactia de manifestación libre de ideas y divulgación del pensamiento en los ambientes universitarias o en equipamientos sobre la administración de universidades públicas y privadas.http://portal.stf.jus.br/processos/detalhe.asp?incidente=5576416

3) Fragmentos escogidos por Paula Pires y Laís Semins, Revista Nova Escola, 8 de Abril de 2019.https://novaescola.org.br/conteudo/16849/brasileira-canibal-e-mec-e-um-abacaxi-relembre-as-frases-mais-polemicas-do-ex-ministro-velez-rodriguez

4) Estadão, Ministro de Educación defiende el combate al “marxismo cultural” en la universidad. Revista Exame, 8/4/19, disponible en:https://exame.abril.com.br/brasil/ministro-da-educacao-defende-combate-a-marxismo-cultural-em-universidade/

5) https://forbes.uol.com.br/negocios/2018/09/universidade-de-harvard-arrecada-recorde-de-us-96-bilhoes-em-fundos/

6) MEC bloqueia parte do orçamento da UnB, UFF e UFBa. Rede Brasil Atual, disponível em:https://www.redebrasilatual.com.br/educacao/2019/04/mec-bloqueia-parte-do-orcamento-da-unb-uff-e-ufba/

Referencias bibliográficas

VANGELISTA, O.; LEHER, R. Todos Pela Educação e o Episódio Costin no MEC: a Pedagogia do Capital em Ação na Política Educacional Brasileira.Trabalho Necessário, v. 10, n. 15, 2015.http://doi.org/10.22409/tn.10i15.p6865, disponível em:http://periodicos.uff.br/trabalhonecessario/article/view/6865/0

LEHER, Roberto. Autonomia universitária e liberdade acadêmica. Revista Contemporânea de Educação, [S.l.], v. 14, n. 29, p. 208-226, maio 2019. ISSN 1809-5747. Disponível em: <https://revistas.ufrj.br/index.php/rce/article/view/23167>. Acesso em: 16 jun. 2019.http://doi.org/10.20500/rce.v14i29.23167.

LEHER, R. Universidade e heteronomia cultural: um estudo a partir de Florestan Fernandes. Rio de Janeiro: Consequência, 2018.

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