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  • Luis Alonzo Fulchi *

Nuevas tecnologías, “de izquierda”


Una verdad bastante incómoda, es que aún no leí a Morozov, que es un autor muy de moda y dicen que muy bueno, sobre el tema del “solucionismo tecnológico”, que era la consigna para este artículo, así que arrancamos mal.

La ¿izqué?

Sin embargo me gustaría poner en discusión las nociones de izquierda, emancipación y nuevas tecnologías y espero no aburrir ya que en esta revista le habrán dado bastante al tema. Comencemos por “izquierda”: creo que se ha perdido un poco la utilidad del concepto, desde que personajes, movimientos y partidos de los más variados se autodenominan de izquierda y aparecen: religiosos de izquierda, capitalistas de izquierda, mafiosos de la propiedad intelectual de izquierda(1) y hasta millonarios de izquierda. Es similar a cuando algunas personas se autodenominan anarcocapitalistas: un oxímoron existencial.

Una de las cosas más curiosas que me ha ocurrido sobre el tema, fue cuando en una clase de maestría en Facultad de Ciencias Sociales pregunté, “¿qué significa entonces ser de izquierda?”; el profesor respondió, “hay un acuerdo bastante generalizado que la izquierda es lo que se opone a la derecha”. No digo que fue una epifanía, pero sí una confirmación de algo que venía masticando hace tiempo: izquierda y derecha quedan obsoletas como categorías de análisis. Es lo que también plantea el enfoque “decolonial” de Aníbal Quijano y su equipo.

Creo que empatía e inteligencia no riman con derecha, ni tampoco con religión. Es decir, ser de izquierda es sentir empatía por los más débiles y a la vez con el ambiente, significa ser capaz de comprender el mundo como un espacio de lucha en deterioro, que requiere de una intervención profunda contra la locura capitalista.

La religión por su parte, sigue siendo el opio de los pueblos, o dicho en clave siglo XXI: es el Netflix de los pueblos, paraliza, idiotiza, des-responsabiliza. Ser de izquierda también es alejarse de cualquier doctrina religiosa, sea la que habla de Dios, de la “propiedad intelectual”, del mercado o de Mao: alejarse de quien defiende esos sistemas como únicos y universales. En definitiva, es abandonar todo dogmatismo.

Ser de izquierda es aplicar un razonamiento basado en evidencias, y utilizar la lógica para poner en relación todo lo anterior a través de una ética ambientalista y en favor de la vida. Ser de izquierda es ser pro-vida, no confundir con los anti-derechos. Defender la vida, de los humanos, los animales, los vegetales y el planeta entero. Esta vida incluye la muerte. Pero la vida desde un punto de vista izquierdista se defiende empáticamente y la solidaridad es la piedra angular del internacionalismo de izquierda. ¿De qué sirve construir un paraíso de izquierda, sin explotados ni explotadores en nuestro entorno comunidad, país, región o continente, si sabemos que al lado hay un infierno? La izquierda no conoce de fronteras, no conoce de nacionalidades, ni de continentes. Es internacionalista; trasciende.

El problema es que hay demasiadas auto-justificaciones y demasiados “peros” a la capacidad de imaginar una sociedad y un mundo diferente; y sobre todo, una incapacidad de sostener lo anterior con prácticas concretas.

Siguiendo este hilo de razonamiento, una izquierda capitalista, o una izquierda religiosa, o una izquierda de líderes privilegiados, desde mi perspectiva llevan contradicciones irrecuperables. Sin embargo la cantidad de personas y movimientos conservadores, defensores del statu-quo, del patriarcado y depredadores del ambiente, que se autodenominan de izquierda son demasiados. Entonces el concepto no sirve. Es como el peronismo argentino: una bolsa de gatos. Como el Frente Amplio.

Sería preferible pensar en clave anti-capitalista. Y para no caer siempre por el lado negativo, sería preferible hablar de emancipación, de procesos emancipatorios, de grietas, de disrupciones al capitalismo esquizofrénico que ahora pretende “mejorarse” dando “limosnas” a los pobres. Mejorar un poco a los de abajo para que todo siga como está –un enfoque bien interesante que recuerdo recoger de Raúl Zibechi. Creo que definirse como anti-capitalista hoy en día es ser de izquierda.

El problema es que toda perspectiva teórica y “mejores deseos” se cruzan indefectiblemente con la realidad de la práctica política, de la biopolítica y sus reivindicaciones, del desenmascaramiento de los “machistas de izquierda” y del extractivismo “necesario”. También se choca contra el continuo combate a las miserias humanas, contra el poder de lo establecido, contra el conservadurismo religioso, contra el capitalismo geronto-hetero-patriarcal pseudo-izquierdista y contra la pura y dura derecha con todos sus disfraces. El límite entre emancipación y pragmatismo es lo que cada persona, partido y movimiento debe establecer.

Totalitarismo tecnológico

Ahora, ¿cómo se relaciona lo anterior con ciencia y con tecnología? Por razones de espacio y capacidad prefiero reformular así la pregunta: ¿qué tiene que ver la izquierda y la emancipación con las “nuevas” tecnologías de la información y la comunicación (TIC)? O mejor aún ¿son estas TIC una herramienta en concordancia con los procesos emancipatorios? ¿son herramientas útiles para los movimientos anti-capitalistas? ¿o simplemente son elementos esclavizantes, que profundizan la alienación y el control?

Algunos autores nos invitan a pensar la época que nos toca vivir como “capitalismo cognitivo” haciendo especial énfasis del conocimiento como principal factor productivo. Más aún, hemos llegado a un punto en que las TIC han penetrado todos los aspectos de nuestra vida cotidiana, desde votar, tomar transporte colectivo, la comunicación con nuestros seres queridos, el trabajo, el entretenimiento, la salud, la concepción de un nuevo ser humano: todo y cada vez más, está mediado por la tecnología. Es una especie de totalitarismo tecnológico. Nos guste o no, llegó para quedarse.

Las tecnologías informáticas por decirlo “groso modo” se componen de elementos físicos tales como aparatos, piezas y dispositivos (hardware), y también de elementos lógicos que rigen el comportamiento de estos elementos físicos, así como la información que por estos transitan o se almacena. Son algoritmos y programas informáticos, es lo que suele englobarse en software.

Contrario a enfoques muy naif, hay que dejar en claro que la tecnología no es neutra. Las condiciones de posibilidad de su utilización y funcionamiento están determinadas por su diseño en el caso del hardware, y por el diseño y evolución del código fuente en el caso del software. El código fuente es la matriz del software, y es lo que determina su funcionamiento, por lo tanto quien controla este código, controla el hardware y la información, es decir: “todo el poder está en el código”.

Esto nos arroja una perspectiva completamente diferente y nueva del mundo: tal como sucede cuando se analiza el mundo de las relaciones de producción a través del lente de la “plusvalía”. Hay gente que niega los conceptos de plusvalía y alienación, así como habrá personas que niegan el poder del código y los algoritmos.

Tecnología y emancipación

Richard Stallman es un programador estadounidense que “es a la informática, lo que Marx es a la política del siglo XX”. Con una tremenda capacidad de analizar el presente y una impresionante visión de futuro, advirtió 20 años antes que Snowden(2) de los riesgos del código cerrado, del software privativo, del espionaje empresarial y estatal y de la concentración de poder a través del control del conocimiento. Stallman fundó el movimiento de software libre(3) cuyo objetivo es la creación de comunidades de usuarios y productores de programas informáticos basados en la libertad del conocimiento, es decir, de acceder al código fuente, de copiarlo, modificarlo, y distribuir sus modificaciones. Está claro que esto no es suficiente, pero sí imprescindible para pensar en tecnologías como herramientas emancipadoras.

Sus resultados hasta el momento son grandiosos: existe una variedad impresionante de programas informáticos que se rigen por estas metodologías, están accesibles y son fácilmente apropiables y utilizables por cualquiera: desde las mayores empresas multinacionales, hasta pequeños colectivos y personas individuales. Sistemas operativos, navegadores web, servidores web, mensajeros, programas ofimáticos, “media centers”, gestor de hospitales y educativos, etc. La lista es inabarcable: el resultado es posibilidad de democratización del conocimiento y la descentralización del poder. Obviamente existen otros múltiples problemas, como el analfabetísmo tecnológico, el problema del acceso y la desconexión de sendas porciones del planeta.

En el enfoque cerrado y capitalista de gestión de las TIC, el usuario es un agente individual, constreñido por una serie de prohibiciones y con un rol exclusivo de consumidor. Suele manejar “cajas negras” de conocimiento, donde todo el poder queda en manos de las grandes empresas; las que controlan los algoritmos. Dos ejemplos de esto son los sistemas operativos Windows y MacOS, pero también la búsqueda y correo de Google y la gestión de información y de “amistades” de Facebook o Instagram. Estas empresas son las que tienen el poder.

BigData, BigBrother, BadBrother

Estas empresas controlan el software y el hardware de tu computadora, controlan tu navegación y tus comunicaciones. Crean perfiles automatizados de millones de personas a través de los datos personales, para luego analizar comportamientos y construir una red de vigilancia algorítmica totalizadora: lo que se ha dado en llamar BigData(4).

Esto no es teoría de la conspiración. Los modelos de negocios de estas grandes transnacionales son de esa forma. Tenemos a Amazon estableciendo un nuevo mercado editorial que perpetúa la injusticia con los autores; empresas como Facebook y Google que generen contenido a medida mediado por algoritmos secretos; Microsoft con su sistema operativo basura y vigilante que escanea los archivos de los usuarios, etc.

Al problema de las grandes empresas, hay que sumar los casos de espionaje de los Estados y sus agencias de inteligencia: PRISMA, Xkeyscore, Tempora y las recientes filtraciones Vault 8(5). Es decir, agencias estatales se alían con empresas especializadas en vigilancia y espionaje para mantener un registro pormenorizado del comportamiento de toda la población mundial conectada. Y esto tampoco es teoría de la conspiración. Revisa esas palabras clave y podrás acceder a toda la documentación. Orwell se retuerce en su tumba.

Una distopía hecha realidad

Entonces, si bien originalmente Internet y las TIC significaron espacios de libertad y emancipación, y si bien existe un movimiento de software libre y muchas organizaciones que vienen luchando por la democratización del Ciberespacio y la emancipación, la lucha de poderes y el paso del tiempo ha arrojado algo mucho más terrible: mayor vigilancia, mayor control y más capitalismo.

En este escenario me gustaría colocar esta pregunta ¿se puede cambiar el capitalismo desde dentro? ¿se puede cambiar la educación llevando a nuestros niños a colegios privados? ¿se puede ser de izquierda instalando una empresa y extrayendo plusvalor de un grupo de trabajadores para beneficio personal? En su analogía de las TIC yo preguntaría ¿se puede luchar por la emancipación con las herramientas del enemigo? ¿cómo vamos a protegernos si todo nuestro sistema de información está mediado por Facebook y sus algoritmos? ¿y nuestro sistema de comunicación controlado por Google?

Algunos movimientos emancipatorios no ven esto como un problema y me parece que tienen un largo camino por recorrer hacia la “desalienación tecnológica”. La mayoría de estos grupos y organizaciones, incluso los de software libre siguen entregando sus datos a Amazon, Apple, Google y Facebook. Siguen dejando que estas empresas controlen su comunicación externa e interna, que analicen sus correos y les vendan después la revolución imaginada. Estos movimientos además, no logran visualizar que la brecha entre ciberespacio y realidad se cierra cada vez más: lo que ocurre aquí impacta allá y viceversa.

Los movimientos anticapitalistas que utilicen herramientas informáticas, deberían correr el velo que les proporciona su círculo de confort tecnológico y abandonar las herramientas “publi-gratuitas” de las grandes transnacionales para buscar alternativas libres. El software libre y comunitario funciona muy bien y también es divertido, aunque a veces el camino hacia allí sea un poco dificultoso.

En este mismo sentido, las alfabetizaciones informáticas deberían incluir metodologías de análisis de riesgos, para luchar contra la “vigilancia estratégica” y construir el “modelo de amenazas” para cada caso. Estas son algunas formas de protección digital contra la vigilancia estatal y contra los “enemigos” que aparecen cotidianamente en las luchas emancipatorias. Esta apropiación, este uso de herramientas del “común”, ayudará a mejorarlas, convirtiéndose en un círculo virtuoso de emancipación-libertad-conocimiento. ¿Se puede iniciar la revolución desde un despacho? ¿Por qué entonces se iniciaría desde una mac?

Las grietas

Los grupos, organizaciones y herramientas emancipatorias siempre han existido, y además cambian con bastante vértigo, a veces incluso van “muy adelantados” tecnológicamente al resto y en otros casos, nos cuesta encontrar alternativas no capitalistas. A continuación propongo un listado arbitrario y no exhaustivo de proyectos potencialmente emancipatorios; es apenas una gota en el mar de proyectos que existen:

Sistema Operativo (Software): GNU/Linux es un sistema operativo, como Windows o MacOS, pero libre. En realidad hay muchas “familias”(6) de GNU/Linux, a veces más y a veces menos libres (se llaman distribuciones). A noviembre de 2017, el 100% de las 500 computadoras más potentes del mundo utilizan este sistema(7).

Software comunitario (Software): Existen muchos proyectos genéricos de software libre y comunitario. Aquí simplemente presento 3 ejemplos de miles: (i) WordPress es un gestor de contenidos (CMS) con el que funciona una gran porción de toda la Web. (ii) GNUHealth es un programa para gestión de la salud, y (iii) GitLab es un repositorio y gestor de código para software.

Redes Sociales (Software): Es cierto que en “redes sociales”(8), aún no hay una que “alcance” la funcionalidad de las comerciales y cerradas. Existe sin embargo algo llamado “La Federación” que es un conjunto de diversos proyectos de red social que se interconectan permitiendo a sus usuarios “hacer amigos” de otras redes, sin barreras. Dicho en criollo: son múltiples “especies de Facebook” libres, cada una con su propia gobernanza y funcionalidad que permite intercambiar contenidos.

Nuevas redes (P2P): Existen además una serie de proyectos que pretenden agregar capas de descentralización, anonimización y privacidad a Internet. P2P significa peer-to-peer, un anglicismo que hace referencia a formas de conectividad sin centro. Se crearon con el objetivo de volver al ideal de descentralización y libertad que se mencionó más arriba. Entre ellas están: GNUnet, Zeronet, Tor, RetroShare, FreeNet.

Contrainformación (Colectivos): Existen colectivos como Indymedia, o RadiosLibres que promueven y utilizan proyectos de software y conocimiento libres. Pueden ser lugares para la distribución de contenidos y también de recursos para combatir la dictadura de los medios masivos de difusión, con herramientas emancipatorias.

Criptomoneda (Colectivo-Software): Faircoop es un proyecto de comercio justo denominado cuyo principal componente tecnológico una criptomoneda(9) llamada Faircoin. Es una forma de intercambio electrónico de valor con tecnología P2P (ver más arriba).

Hardware: Existen proyectos de hardware libre como RaspberryPi que han revolucionado la industria y han impulsado la proliferación de proyectos educativos y de automatizaciones de bajo costo. Por otra parte proyectos como System76 que ofrece computadoras personales con software libre. También está Purism que es similar al anterior y que ahora está llevando adelante un proyecto para crear un teléfono móvil libre y comunitario. Existen otros proyectos que buscan generar aparatos modulares para combatir la obsolescencia programada.

Plataformas Tecnológicas: Para terminar este caótico listado, me gustaría presentar una serie de proyectos colectivos que proveen servicios tecnológicos con la filosofía del software libre y la privacidad por diseño. Estas son:

  • Primero de mayo/Enlace del pueblo: Es un colectivo con sede en EEUU y México pensado para dar soporte a organizaciones. Tiene un costo anual y brinda los siguientes servicios: espacio web, casillas de correo ilimitadas, chat, repositorio de archivos tipo dropbox (con NextCloud), llamadas de voz, etc. Desde el inicio se impulsa a participar en las asambleas y tomas de decisión de la organización, aunque es una actividad opcional.

  • Riseup: Basada en EEUU y con muchos años de experiencia, brindan gratuitamente: correo, listas de correo, VPN10, pads (texto en línea), “we” (plataforma para el trabajo en grupos)

  • Autistici/Inventati: Con sede en Italia, brindan de forma gratuita: espacio web (con WordPress), correo, listas de correo, chat, VPN(10).

  • Kefir: Plataforma feminista, se adecua a tus necesidades y su coste se evalúa caso a caso. Entre otras cosas brindan: correo, espacio web, repositorio, tablero kanban, etc.

  • Disroot: correo, repositorio, pads, encuestas, plataforma de búsqueda, lector de noticias, foro (discourse), red social (diaspora), entre otras.

Espero haber molestado bastante con este artículo ;)

* Luis Alonzo Fulchi es sociólogo y co-fundador de Creative Commons Uruguay. Actualmente trabaja como consultor en TEDIC, una organización sin fines de lucro basada en Paraguay.

 

Notas:

(1) Sobre la falacia de la “propiedad intelectual” ya se publicó en esta misma revista un artículo en el que abordo en profundidad el problema: https://www.hemisferioizquierdo.uy/single-post/2017/05/12/El-meme-de-la-propiedad-intelectual-10-mitos-que-lo-sostienen. En esta discusión se suele ver “izquierdistas” trabajando para multinacionales y defendiendo el derecho ficticio a herencia de cosas inmateriales así como equiparando la renta improductiva al salario.

(2) Edward Snowden es un ex-consultor de la CIA que hizo públicos muchos documentos que demuestran los programas de vigilancia masiva e ilegal, que llevan a cabo los aparatos de inteligencia de EEUU.

(3) A lo largo de los años ha crecido y ha inspirado otros movimientos que operan en la distribución de bienes creativos, conformando lo que se conoce como Cultura Libre.

(4) BigData refiere al análisis de enormes cantidades de datos de millones de personas para “perfeccionar” el capitalismo (en el sentido de obtener mayor ganancias, ajustando la oferta a las necesidades de “las masas”).

(5) Sobre los programas de espionaje puedes buscar en Wikipedia; aquí el enlace a las filtraciones Vault 7 de WikiLeaks: https://wikileaks.org/ciav7p1/

(6) Este proyecto tiene un listado importante de distribuciones: https://distrowatch.com/

(7) https://www.top500.org/statistics/details/osfam/1

(8) Sería más ajustado llamarles RDS: Redes Definidas por Software que dan cuenta de lo que realmente son y nuevamente evidencian el poder que está detrás de su diseño.

(9) Para un desarrollo del concepto de criptomoneda y sus posibles implicaciones, te recomendamos leer nuestra serie de artículos “Bitcoin para no informáticos”. Aquí el primero de la serie: https://www.tedic.org/bitcoin-para-no-informaticos-entrega-1-que-son-las-criptomonedas/

(10) Para ver qué es una VPN y por qué puede ser importante accede a este artículo: https://www.tedic.org/la-vpn-como-forma-de-libertad/

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