top of page
  • Juan Geymonat**

200Marx: El método de transformarlo*


Instalación de Ottmar Hörlen en Trier, Alemania (fotografía Axel Kohlhaas).

Hay dos aspectos que llevan a que la obra de Marx siga siendo leída. El primero de ellos está en relación a la explicación articulada que brinda de cómo el capitalismo se desarrolla, y de las contradicciones y problemas que trae aparejado ese desarrollo.

El segundo de ellos, un poco más descuidado en su lectura, es el que hace a la importancia del método de trabajo que existe por detrás de obras como “El Capital”. Las siguientes líneas intentan abordar esta cuestión, sintetizando, en una serie de ideas- tesis, lo medular del asunto.

1. Cuando hablamos de que existe un método en Marx no nos referimos a una serie de pasos a seguir para abordar cualquier hecho, sino más bien a una teoría general del conocimiento. A una reflexión respecto a cómo el ser pensante reproduce en su mente el mundo objetivo. Esta teoría tiene una deuda enorme con otro alemán: Hegel.

2. Esa teoría general del conocimiento es al mismo tiempo, una teoría sobre la materialidad social. Para Marx, la materia antecede a la idea. Pero la materia no es sólo un conjunto de materia orgánica (animales, vegetales) e inorgánica (minerales). Es también, y en gran medida, el producto de la acción de los seres humanos sobre su ambiente (sobre aquella materia orgánica e inorgánica), y de las relaciones que establecen entre sí. La naturaleza por sí sola no genera automóviles, libros, calles o computadoras. Ni tampoco leyes o decretos, costumbres, organizaciones políticas, etc. Todo este conjunto de elementos forman parte de las cosas exteriores con las que todos nos encontramos a diario. Existen por tanto como cosas y hechos exteriores a los individuos, pero son de naturaleza social.

El ser humano, y su praxis son parte del mundo objetivo que el propio individuo se propone comprender o analizar. Conocer es en definitiva parte del movimiento de la materia social que se pretende conocer. De allí que una reflexión sobre el sujeto de conocimiento, sea necesariamente y al mismo tiempo, una reflexión sobre el objeto a conocer. Sujeto y objeto en la teoría de Marx, como en Hegel, tienden a ser dos caras de una misma unidad.

3. Los mecanismos que regulan el desarrollo de la materialidad social son cualitativamente distintos que los que regulan el desarrollo de otras formas de la materia. La particularidad de los seres humanos radica en que no solo mantienen relaciones de adaptación con su ambiente externo, sino que modifican conscientemente este ambiente externo para sus finalidades. La forma de relacionarse con la naturaleza para los seres humanos involucra a la conciencia, en dos sentidos fundamentales. Primero, en que la acción mantiene cierto nivel de planificación previa. Se idea en la cabeza, lo que después se va a hacer con las manos. En segundo lugar, porque una vez realizada la acción se puede reflexionar sobre los efectos de la misma, y modificarla para otra situación. Este ida y vuelta, comúnmente denominado como práxis, constituye el elemento que distingue en complejidad y cualidad a la materialidad social de las demás formas de la materia.

4. La materia es movimiento y debe ser entendida como tal. El desarrollo de la materia en general, es un desarrollo que involucra fuerzas contradictorias entre sí. Tendencias y contratendencias. Ello hace que lo real, y más aún la materialidad social, no sea algo estático o quieto, sino movimiento. Dar cuenta de la verdad, de la realidad tal cual es, no es describir la infinidad de elementos y hechos que la componen, sino comprender las fuerzas que explican su movimiento. Lo que interesa comprender es el devenir de lo real, la lógica de su movimiento.

5. Esa lógica del movimiento de lo real es dialéctica. Ese movimiento se encuentra determinado por fuerzas contradictorias; y va cristalizándose en hechos y elementos que nunca son fijos. Que siempre llevan consigo la posibilidad de cambio. Ese cambio -y esto es realmente importante- es el producto de la propia dinámica de la materia. Es inmanente al movimiento de lo real y supone al mismo tiempo la eliminación y la conservación de lo anterior en una nueva forma. De allí que el cambio social, no deba ser pensado como una utopía. Al cambio social y su dirección hay que buscarlos en la propia realidad actual y no en fantasías moralistas.

Este fue un aspecto bastante discutido por Marx durante gran parte de su obra y que se cristaliza en su férreo distanciamiento del socialismo utópico. El socialismo de los utópicos era un socialismo trascendente. Una idea en base a lo deseable que sería vivir en otra sociedad. EL socialismo postulado por Marx en cambio -sin desconocer una dimensión ética-normativa-, es una posibilidad inmanente del modo de producción capitalista. Marx veía en la centralización de capital, en la disminución del tiempo de trabajo para producir, y en el desarrollo de la fuerza productiva social en general, un conjunto de elementos que se derivaban del capitalismo, pero que sentaban las bases para una nueva sociedad.

6. La realidad es profundidad. Es desarrollo de lo concreto. Es conocida esa frase de Marx que dice que lo concreto es el producto de múltiples determinaciones y por tanto unidad de lo diverso. Lo concreto, lo que se aparece ante nosotros como cosa exterior, se encuentra determinado por distintos factores. Operan en su manifestación distintas determinaciones. Algunas más esenciales, sin las cuales la cosa no podría existir, y otras más accesorias.

7. Todo cuanto existe, se encuentra determinado y existe en relación a una totalidad. Las cosas guardan más o menos relación entre si, pero como elementos objetivos del despliegue material forman parte de un todo: la materia. Ahora bien, el sentido y el lugar que ocupan también está en relación a cómo se estructura ese todo. Y fundamentalmente a cómo algunos elementos esenciales se codeterminan y ejercen influencia sobre otros.

Es cierto que la estructura del capitalismo -por poner un ejemplo- hereda aspectos y elementos propios de formaciones económicas anteriores. Por ejemplo la renta de la tierra. No obstante, la renta de la tierra capitalista no puede entenderse sin comprender el capital como categoría y la subordinación que ejerce esta en la determinación a aquella.

La forma en que los distintos elementos se organizan en una estructura contradictoria y determinan a otras esferas y elementos, constituye esa totalidad a la que referíamos. El Capital de Marx, es un gran trabajo sobre la estructura esencial de una totalidad. En este caso del modo de producción capitalista. Allí se encuentra identificadas las categorías esenciales, contradictorias y codeterminadas entre sí, que hacen a la estructura fundamental del movimiento del capitalismo.

8. La necesidad de la ciencia viene dada por la necesidad de superación de la representación caótica del todo. En buena medida parte de nuestro pensamiento cotidiano tiende a ordenar, dar sentido y comprender la realidad inmediata en torno a una representación del todo. Aunque no en forma explícita, todos tendemos a estructurar una totalidad sobre la que comprendemos y damos sentido a lo que acontece. La mayor parte de las veces esta totalidad sobre la que ordenamos los fenómenos viene dada por “el sentido común”, la tradición, la “opinión general”, etc. Esto lleva a la construcción de pseudo-concreciones. Elementos y fenómenos de los cuales puedo advertir y distinguir pero cuyo sentido y determinación me son ajenas. Este tipo de pseudoconcreciones se traduce en acciones erradas o escasamente efectivas.

De allí deriva la necesidad de elevar un pensamiento más refinado que logre reproducir idealmente (en la cabeza) las determinaciones y contradicciones esenciales de la totalidad para retornar luego sobre las determinaciones de lo concreto. Trascender lo aparente es la razón de ser del pensamiento científico.

9. Comprender el movimiento de la totalidad es condición necesaria, pero no suficiente para la praxis política. Si lo concreto es la síntesis de múltiples determinaciones, la comprensión del movimiento esencial del capitalismo (como totalidad) es algo necesario para comprender la realidad concreta pero no suficiente. Entre las determinaciones generales y esenciales, y los hechos concretos, existen un sin fin de determinaciones que operan a distintos niveles.

El análisis de las contradicciones esenciales del modo de producción capitalista, no basta para dar cuenta de la irrupción revolucionaria en Rusia. Sería difícil de explicar y comprender este hecho sin otro factores como la I guerra mundial, las transformaciones dentro la socialdemocracia rusa, el carisma y la creatividad de algunos líderes como Lenin, y un larguísimo etc.

10. El criterio de verdad es la práctica. En medida en que la realidad es movimiento, la verdad sólo puede ser resultado y no algo apriori. Asimismo, en medida en que la práxis es la base del movimiento de la materialidad social, hay un punto dónde el pensamiento es reflejo, y hay otro donde es realización. Es reflejo cuando busca comprender el movimiento, pero es realización cuando busca objetivarse. Cuando busca, con pleno derecho, aspirar a ser la verdad. Y en definitiva, esta es la funcionalidad sobre la que se asienta el desarrollo del pensamiento desde sus formas más rudimentarias a sus más refinadas.

11. El marxismo por lo tanto, antes que un dogma o una receta, es una invitación a pensar la transformación social. Un buen marxista, no es el que repite la obra de Marx, o el que intenta corroborar sus postulados. Sino el que continúa haciendo análisis concreto de la realidad concreta con perspectivas de encarar su transformación. Si es cierto que Marx avanzó en desnudar el nudo íntimo que explica el devenir del modo de producción capitalista, también es cierto que no avanzó en la comprensión de una serie de fenómenos de mayor concreción. Y también es cierto que la realidad siguió moviéndose e invitando a ser pensada/transformada.

* Estas líneas reproducen, en buena parte, un trabajo anterior publicado en la separata Valor de El Popular (27/10/2017). Debo agradecer a Bruno y a los demás compañeros que coordinan esta sección, ya que fueron quienes me motivaron a escribirlo.

** Juan Geymonat es docente de Extensión Universitaria (SCEAM-UdelaR) y Facultad de Ciencias Sociales (UdelaR). Es militatente de ADUR-PITCNT.

bottom of page