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  • Gloria La Riva

Entrevista al Party for Socialism and Liberation


Foto: Gloria La Riva, candidata a Presidenta por el PSL.

En este número dedicado a pensarnos como izquierda, nos propusimos contactar a referentes de la izquierda estadounidense. Acá les dejamos las respuestas que nos dio Gloria La Riva, candidata presidencial del PSL (Party for Socialism and Liberation) a las siguientes tres preguntas:

1. ¿Cuál es el mapa de las fuerzas socialistas y de izquierda en EUA?

2. ¿Qué impacto ha tenido la candidatura de Bernie Sanders?

3. ¿ Cuáles son las perspectivas políticas de las fuerzas de izquierda y qué propone tu partido?

Gloria La Riva: En los Estados Unidos existen varios partidos socialistas, y casi todos han crecido en este año, por el creciente rechazo al capitalismo que ha sido desarrollando en los últimos años. El Partido por Socialismo y Liberación, por ejemplo, ha crecido en las ciudades donde ya existíamos y ahora tenemos presencia organizativa en muchos estados y ciudades donde no estábamos establecidos antes.

Los últimos años de la creciente desigualdad económica, las guerras de Estados Unidos, la represión policial y la crisis medioambiental han sido los principales factores contribuyendo a las desilusiones de grandes sectores de la población. Luego vinieron las campañas presidenciales en 2016. En vez de proveer la tradicional fachada falsa de la “democracia”, tuvieron el efecto de desestabilizar al sistema. La campaña racista, misógina y xenofóbica animó y envalentonó a los peores elementos en la sociedad estadounidense, incluyendo los neo-Nazis, el Ku Klux Klan y otros grupos fascistas.

Al mismo tiempo, Bernie Sanders, postulándose como candidato presidencial y “socialista democrático” recibió apoyo enérgico y amplio, especialmente entre la juventud, y ganó 13,4 millones de votos en las primarias. Su campaña tuvo el efecto de resucitar una discusión seria sobre el socialismo en la política de los Estados Unidos por la primera vez en más de siete décadas.

Es interesante la preocupación de la clase dominante sobre este fenómeno. Por ejemplo, el 19 de octubre, George W. Bush pronunció un discurso en una conferencia que recibió publicidad nacional. Él denunció a Trump (sin mencionar su nombre) de parte del liderazgo político republicano. El “establishment” republicano quiere alejarse de Trump por su extremismo e inestabilidad, y muchos se preocupan por sus propias campañas electorales en 2018 y 2020.

Aunque su discurso recibió mucha publicidad en la prensa, lo que no le dieron cobertura fue un segmento, una advertencia de Bush.

“Hay signos de que la intensidad de apoyo por la democracia misma ha menguado, especialmente entre la juventud, que nunca ha experimentado la galvanizante claridad moral de la Guerra Fría, ni se ha dado cuenta de la ruina de países enteros por la planificación central socialista.”

¿La claridad moral de la Guerra Fría? ¿Estaba hablando de las guerras genocidas de Estados Unidos contra Corea, Vietnam, Camboya y Laos, los regímenes impuestos por la CIA en Irán, Brasíl, Chile, Indonesia, Argentina, Uruguay, asesinatos de líderes revolucionarios, las guerras de Israel, financiadas y armadas por los Estados Unidos, contra Egipto, Siria, el Líbano, y el pueblo palestino; los bloqueos a Cuba, Irak y Nicaragua; apoyo para el régimen apartheid de Sur África; las guerras contrarrevolucionarias en Centro América; la continua amenaza de una guerra nuclear lanzada unilateralmente por EEUU, etc.

Pues sabemos que lo que causó el derrumbe de la Unión Soviética no fue “la planificación central socialista”, sino el abandono de la misma. Ese discurso refleja el reconocimiento del despertar de millones de personas que han salido a las calles en estos primeros meses de la presidencia de Trump. La campaña electoral de Bernie Sanders inspiró a millones de personas a movilizar por las ideas y propuestas domésticas que él expresó. Pero el fenómeno de la concepción del 1% y el 99% que surgió con Occupy y los Indignados, por la obscena y vertiginosa acumulación de riqueza entre ese 1%, mientras la condición de la gran mayoría se empeoraba, ya estaba preparando la tierra para las venideras luchas desde 2011.

La identificación de Sanders como “socialista democrático” contribuyó grandemente a que muchos de sus partidarios buscaran más información sobre el socialismo, especialmente durante y después de la campaña.

Después de la elección de Donald Trump, hubo no solo protestas contra Trump y lo que significaba su victoria, sino un crecimiento en la membresía de partidos socialista y movimientos radicales.

En la esfera electoral, los partidos socialistas y candidatos independientes en general tienen muy limitado acceso a las elecciones por el fuerte control del sistema electoral, en manos de los dos partidos, Demócrata y Republicano, y por las características extremadamente antidemocráticas del sistema electoral estadounidense. Por ejemplo, para un candidato independiente postularse como candidato(a) para la presidencia, hay que recolectar suficientes firmas en cada uno de los 50 estados dentro de un periodo corto, para que su nombre aparezca en la boleta de cada estado. Eso requiere cientos de miles de firmas y muchos millones de dólares para hacer una campaña nacional. Y en las campañas de Clinton y Trump, gastaron $2.65 mil millones. Las campañas de los candidatos para Senadores y Representantes gastaron un total de $4.2 mil millones! Y los grandes medios corporativos no da casi nada de cobertura a candidatos independientes.

A pesar de esos obstáculos insuperables, nosotros en el Partido por Socialismo y Liberación hicimos campaña electoral en 2016, con Gloria La Riva para presidenta y dos candidatos vice presidenciales: Eugene Puryear en cuatro estados y Dennis Banks, el fundador del Movimiento de Indios Americanos (AIM) en otros 4 estados. Fue una campaña de lucha y participación en muchas causas, apoyo directo en Dakota del Norte, donde miles de personas indígenas defendieron sus tierras contra la producción de un oleoducto, Dakota Access Pipeline, DAPL. Nuestro partido está envuelto a través del país en las luchas contra los asesinatos policiales, junto con las comunidades afectadas y otras organizaciones progresistas. Utilizamos la campaña para dar voz a las familias de las víctimas, en su búsqueda de justicia. Esto y mucho más. Desarrollamos un programa de 10 puntos que fuera accesible a la población, y llegamos a decenas de miles de personas en los 8 estados donde ganamos estatus en la boleta, y en muchos otros estados donde no teníamos ese estatus.

Eso nos dio mucho más reconocimiento en los movimientos progresistas. Aunque el voto no es el principal índice de éxito para socialistas en este país, sin embargo, recibimos más votos como candidatos socialistas que en cualquier otra campaña socialista en 40 años: 76.000 votos.

Nuestra posición hacia la candidatura de Sanders fue de reconocer la importancia del movimiento que surgió en apoyo y el potencial de ese movimiento. Ser identificado como socialista ayudó considerablemente en que la palabra e ideas del socialismo, y candidatos socialistas, fueran consideradas mucho más legítimas para grandes sectores de la población y en todo alentador, entre la juventud. Recientes encuestas nacionales muestran que una pluralidad de jóvenes entre 18 y 29 tienen una opinión más favorable del socialismo que del capitalismo.

El año 2016 fue un año donde la política electoral del “establishment” — ambos, Demócratas y Republicanos — fue sacudida desde su fondo. Los principales factores fueron la crisis económica y la inestabilidad que siente la gran mayoría de la gente trabajadora.

También se intensificó del racismo y la organización de grupos de la supremacía blanca, aún antes de que se postulara Donald Trump como candidato para la presidencia. Y hay que recordar que bajo la presidencia de Barack Obama, hubo un record de redadas de personas indocumentadas, y más de 2,6 millones de deportaciones, más que las otras administraciones. Acompañando la represión federal, hubo decenas de leyes estatales desde Mississippi hasta Arizona, criminalizando a la comunidad indocumentada simplemente por no tener papeles. Por ejemplo, en Mississippi la ley prohibió a compañías emplear a personas indocumentadas, y prohibió a propietarios alquilar una vivienda a indocumentados.

Entonces Donald Trump tomó ventaja de la represión gubernamental contra los inmigrantes para comenzar su campaña electoral declarando que si ganara la presidencia, expulsaría a millones y crearía un muro por toda la extensión de la frontera con México. El hecho de que pudo acusar a mexicanos con horribles falsedades y recibir más cobertura mediática que todos los demás candidatos combinados, también muestra la total corrupción y bancarrota del sistema electoral del imperialismo.

Trump falsamente prometió millones de trabajos y proteger los intereses de la gente trabajadora, mientras que Hillary Clinton no pudo elaborar un programa económico real, porque no le interesaba a ella ni al partido Demócrata virar a un rumbo en defensa de los trabajadores y gente marginalizada. Eso fue el principal factor en explicar cómo es que un multimillonario, racista y demagogo, pudo ganar la presidencia.

Bernie Sanders representó un programa distinto a Clinton o a Trump. Su programa abogaba por un plan de salud para todos, educación gratis en universidades públicas, derechos para mujeres y gente de color, y otras reformas domésticas progresistas. Su plataforma de asuntos extranjeros era el del imperialismo liberal tradicional.

Con su programa doméstico algo distinto, millones de personas, especialmente gente joven, desafiaron al partido Demócrata, movilizando por todo el país. El impacto de la candidatura de Sanders fue positivo porque activó a millones. Las audiencias para Sanders fueron mucho más grande que las audiencias para Clinton. La campaña de Sanders también expuso las maniobras del liderazgo del partido Demócrata y Hillary Clinton para aplastar su nominación, lo que fue confirmado por la ex líder del Partido Democrática Donna Brazile en su nuevo libro.

A partir de la elección de Trump, hubo una fuerte respuesta de millones de personas opuestos a su presidencia. El día de la inauguración 20 de enero, decenas de miles salieron a las calles de Washington en protesta, y el día siguiente millones de mujeres, y hombres, salieron a las calles en un sinnúmero de ciudades y pueblos, exigiendo el fin de la represión de mujeres, por el derecho al aborto, pago igual, y exigiendo paz en vez de guerra, el fin de la brutalidad policial, etc.

Cuando Trump emitió una orden ejecutiva prohibiendo la entrada de personas de siete países en enero, hubo grandes manifestaciones de miles de personas en los aeropuertos, Nueva York, Washington, Los Angeles, San Francisco, etc. Esas acciones tuvieron un fuerte impacto en los fallos de los jueces, que inicialmente declararon ilegal esa y otras órdenes de Trump.

Aunque la campaña de Sanders fue un factor esencial en el crecimiento del movimiento socialista, no hay indicaciones que la campaña de Sanders se está convirtiendo en un nuevo movimiento o partido independiente. De hecho Sanders sigue apoyando al partido Demócrata. El papel de ese partido siempre ha sido cooptar a movimientos que están surgiendo en rechazo al sistema.

Este año ha habido varias actividades y movilizaciones, como las que mencionamos, las millones de mujeres que marcharon el días después de la inauguración de Trump, han sido más que nada, acciones espontáneas. Nuestro partido junto con otras organizaciones y activistas progresistas comenzamos una iniciativa llamada “El Congreso Popular de Resistencia”, con la idea de juntar activistas a través del país con un manifesto, “Una Sociedad por los Muchos: Una Visión por Revolución”. La movilización comenzó en abril y fue inaugurada en Washington DC, en la prestigiosa universidad de la comunidad afro-americano, Howard University, el 16 y 17 de septiembre. Vinieron más de 700 personas de 38 estados y 160 ciudades y pueblos, para discutir y debatir este programa y aprobar una serie de acciones. (1)

No es sólo un evento sino un concepto de lucha permanente en este periodo de serios desafíos del imperio de los Estados Unidos al pueblo de los Estados Unidos y los pueblos del mundo

Esperamos estar en contacto con ustedes para intercambiar y compartir ideas en el futuro.

 

* Gloria La Riva es candidata presidencial del PSL (Party for Socialism and Liberation, EE.UU.).

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