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  • Hemisferio Izquierdo

"Lo que la evidencia histórica nos ha demostrado -y ello es indudable- es que el Socialismo ser


Hemisferio Izquierdo: ¿Cuáles son los principales aportes del pensamiento y el movimiento libertario a las luchas populares por el socialismo?

FAU: En primer lugar, nos gustaría señalar que estas preguntas no son de fácil respuesta, que cada una de ellas amerita una investigación rigurosa, consulta de materiales, etc.; aquí solo intentaremos aproximarnos a una respuesta.

El anarquismo ha estado -y está- presente en las luchas populares. Sus principales aportes pueden ubicarse en las concepciones y metodologías de trabajo que se imprimen al movimiento popular. La acción directa popular, la democracia de base y directa, la solidaridad, la independencia de clase, la libertad, la organización desde abajo y federalista, son principios, concepciones de trabajo y rasgos identitarios del anarquismo. Miles de anarquistas han militado para que las diversas organizaciones populares a lo largo del planeta funcionen en base a ello. Sin ir más lejos, en nuestro país, la independencia de clase es un principio rector del movimiento sindical, que ha ido calando hondo en el conjunto de la clase trabajadora a partir de las prácticas políticas de militantes anarquistas desde fines del siglo XIX y se ha convertido en un valor propio de la clase trabajadora uruguaya.

Es ejemplo claro de un eje rector del pensamiento libertario que se ha militado en el seno del pueblo y ha calado hondo. El anarquismo ha aportado a la organización de los y las de abajo. Aquí en Uruguay, militantes anarquistas fueron los organizadores de los primeros sindicatos, las Sociedades de Resistencia y de la primer "central obrera": la FORU. Así, Lograron organizar al conjunto de la clase trabajadora.

Por lo tanto, lo mismo puede decirse de los aportes a las luchas por el socialismo.

La Comuna de París-evento revolucionario abortado a sangre y fuego por la burguesía francesa y alemana-, tuvo un cariz marcadamente libertario, en su forma organizativa y de funcionamiento, aun siendo minoría los militantes anarquistas.

También encontramos el aporte de la militancia anarquista en la Revolución Rusa, especialmente en Ucrania, donde Néstor Makhno fue el referente de un movimiento guerrillero campesino que intentó sentar las bases de verdaderas comunas o soviets que tomaran en sus manos el funcionamiento de la sociedad.

En España, haciendo la guerra al fascismo y al mismo tiempo la Revolución, con una inmensa experiencia en colectivizaciones en el campo y la ciudad, en Cataluña y Aragón principalmente. Una verdadera experiencia socialista de carácter popular y masiva.

Todo ello fue fruto de una larga militancia previa, con tesón, enfrentando miles de dificultades para organizar al pueblo, combatiendo y sufriendo la represión, la tortura, el confinamiento, el exilio, pero siempre volviendo a dar sus vidas por el Socialismo y la Libertad.

En ese largo proceso de forjar un pueblo fuerte encontramos a lo largo de la historia y hasta hoy a la militancia anarquista. Con los métodos que le son propios, con su crítica al autoritarismo, y el desprecio al capitalismo.

Cuando hablamos de su visión crítica, no debemos dejar de lado la crítica a lo que se dio en llamar "socialismo autoritario" que hizo fracasar varias experiencias revolucionarias. Específicamente, la crítica a las vanguardias autoelegidas, que se sienten tocadas por el dedo de Dios, al diletantismo, a todo lo que no sea modestia y poner el hombro en las tareas. Esos también han sido rasgos identitarios del anarquismo y parte de ese estilo del que hablamos y que defendemos.

En ese sentido, los anarquistas aportamos con la defensa y la práctica del trabajo en equipo, con la evocación de gestas y procesos históricos populares y con la convicción de que debemos entender a los militantes como parte de un colectivo y no como "jefes" o figuras supremas, superiores al resto de los mortales. Durruti, el "Gallego" Soto, Malatesta, Bakunin, Elena Quinteros, Gerardo Gatti y "Pocho" Mechoso, entre tantos otros, fueron lo que sus respectivas organizaciones, colectivos y el ambiente militante en que se movían hicieron de ellos. Obviamente, los temperamentos y las características que cada cual le imprimió a todo eso cuentan, pero fueron militantes e hicieron sus aportes en el marco de hacer avanzar una idea y una organización de los y las anarquistas, de los trabajadores y las trabajadoras, hacia una sociedad futura, es decir, de hacer avanzar un proyecto y sueño colectivo. En ello ponían toda su voluntad, todo su convencimiento de que no eran "las fatales leyes de la historia" las que iban a hacer la Revolución, sino las mujeres y hombres de a pie, a los que el sistema capitalista les estaba negando una vida digna, que solo sería conquistada con la Revolución Social, y que para que ella fuera posible había que forjarla y organizarla.

Hemisferio Izquierdo: ¿Cómo ven la acción política del movimiento libertario en la actualidad? ¿Cuáles son los principales ejes de acción y encuadres estratégicos?

FAU: Hablar de movimiento libertario es muy amplio. Podemos decir, que más allá de las dificultades, hay un crecimiento del anarquismo organizado, llámese Especifismo en América Latina o del Plataformismo en Europa. Existen nuevos grupos y organizaciones en funcionamiento que desarrollan una interesante inserción social, muchas de ellas han sido protagonistas de eventos de relevancia en los últimos años. Podemos nombrar, sin ir más lejos, todas las movilizaciones populares que se han desarrollado en Brasil desde 2013 que han contado con la activa participación y protagonismo de las organizaciones integrantes de la Coordinación Anarquista Brasilera (CAB). Allí la militancia anarquista no solo participa de las movilizaciones y protestas, también se encuentra activa en las organizaciones populares de campesinos, en las villas y favelas, en sindicatos y diversos movimientos.

Algo similar puede señalarse respecto a otros países y organizaciones de América Latina o incluso en Europa. Ello también es válido para nuestro país. No podemos concebir un anarquismo despegado del pueblo y sus luchas. Es por ello que para nosotros un pilar fundamental es la inserción social, el anarquismo tiene que estar inserto en el seno del pueblo y en las luchas populares, tal cual ha sido históricamente.

Los encuadres estratégicos para nosotros son claros: trabajar para una perspectiva de ruptura, para la revolución social. Trabajar desde ya en esa perspectiva. Por tanto, todo lo que se haga en el medio popular va preñado de un horizonte futuro. En cada lucha que se da hoy, se intenta imprimir un pedacito del mañana, de los valores que entendemos deben forjarse hacia una sociedad socialista y libertaria, lo mismo para el desarrollo de las formas organizativas necesarias para la construcción de poder popular.

En ese marco, un eje principal de acción es organizar al pueblo, en base a los principios mencionados en la respuesta anterior. Organizar al pueblo con una intención revolucionaria.

Hemisferio Izquierdo: Es posible advertir una paradoja respecto a la situación del movimiento libertario uruguayo en la actualidad. Por una parte, después de la caída del muro de Berlín, muchos aportes del pensamiento libertario evidenciaron toda su vigencia, al punto de penetrar en buena parte del pensamiento marxista y socialista contemporáneo. Sin embargo, esta suerte de "éxito teórico" coexiste con la crisis política del anarquismo como movimiento de masas, al menos si lo comparamos con lo que fue el movimiento libertario uruguayo en buena parte del siglo XX. ¿Coinciden con la existencia de esta paradoja? ¿A qué se debe?

FAU: La masividad del movimiento libertario corresponde a otra etapa histórica. Ella no se va a recrear por un mero debate teórico con otra corriente del socialismo, sino que deben existir un conjunto de condiciones que generen un ambiente social propicio a tal desarrollo. Cabe preguntarse igualmente si es de nuestro interés que millones de personas se definan anarquistas o libertarias o si preferimos que amplios sectores del pueblo trabajen y militen en las coordenadas de los principios libertarios. Pero ello no se puede definir a priori, es parte del proceso de lucha popular en el cual está inserto el anarquismo y ello depende de nuestras fuerzas e inserción, como así también de la estrategia y tácticas adecuadas.

Pero podemos decir que ese "éxito teórico" se remonta al debate entre Bakunin y Marx a mediados del siglo XIX, cuando Bakunin señala: "Poned al obrero más rojo en el trono del Zar de todas las Rusias y será peor que el propio Zar". Bakunin no tenía la bola de cristal ni nada parecido. Esa aseveración era el resultado de un razonado análisis sobre las bases del planteo de Marx, el cual partía del hegelianismo y la fatalidad de la historia, de una concepción ingenua sobre el Estado. Un planteo en el que se ve al Estado como si fuese una estructura vacía y no realmente lo que es: una verdadera maquinaria que funciona sin importar quién es su piloto, donde el que termina siendo manejado es el piloto y no la máquina. Esa crítica aguda y pertinente, fue la raíz de los debates entre anarquistas y marxistas y marcó una ruptura que no puede cerrarse, ya que son dos doctrinas que parten de puntos distintos y de hecho, proponen llegar a puntos distintos. El Estado no se va a extinguir, ya lo había predicho Proudhon y Bakunin lo fundamenta en profundidad. Pero también lo sabían o intuían miles de obreros a lo largo de Europa para los que el Estado era hambre, represión y garantía del poder de sus patrones y de la opresión que sufrían a diario.

La caída del Muro de Berlín viene a desacreditar al "socialismo autoritario" y a toda la construcción desarrollada en la "patria socialista" y en los "países satélites" que copiaron el modelo estalinista. Las represiones y purgas internas, las constantes descalificaciones de opositores, el modelo de pensamiento único… eso fue lo que fracasó y ello quedó demostrado con la caída del "socialismo real".

Allí se comprobó lo que el Anarquismo siempre sostuvo y pagó con sangre de miles de militantes: la convicción de que el Estado es un instrumento de opresión que no puede servir para liberar a nadie, es un engranaje fundamental del sistema capitalista al que reproduce con una inmensa crueldad, mediante él no es posible construir siquiera un poco de justicia. El socialismo solo podrá ser construido a través de un proceso revolucionario auténtico por la voluntad y militancia abnegada de hombres y mujeres, no hay atajos, no existen caminos que abrevien o faciliten esa construcción. Los caminos del Estado llevan a lo que fue el "socialismo real": un supuesto socialismo donde una casta se hace con el poder del Estado y de hecho con el poder económico.

Pero no es solo un problema teórico. Es un problema esencialmente político y es en la acción cotidiana, desde el hoy, que se está jugando el futuro de la revolución. Lo que la evidencia histórica nos ha demostrado -y ello es indudable- es que el Socialismo será Libertario o no será.

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