Entrevista a Gonzalo Abella*
HI: El Cono Sur atraviesa actualmente un proceso de ascenso de las derechas con características muy particulares tras la dirección de gobiernos progresistas a lo largo de sucesivos periodos. ¿Cómo y por qué considera que tuvo lugar el avance de la derecha tras los gobiernos progresistas?
La pregunta parte de ciertas premisas que son cuestionables. No considero “gobiernos progresistas” ni al uruguayo actual ni al brasileño depuesto. Tanto el PT como el FA apelaron al asistencialismo. Éste en sí mismo no es malo, si de allí se pasa a los cambios sociales anti imperialistas, pero no fue el caso. El PT y el FA hicieron concesiones a las transnacionales, fueron cómplices en la agresión de los Cascos Azules a Haití, e hicieron la vista gorda ante la corrupción. El gobierno K, que intentó algo más en lo social, también terminó gravemente salpicado.
La corrupción es una forma de la lucha de clases; mediante ella, el Capital hace lo que más sabe hacer: compra. Por ella, la relación entre la dirección y la base se pierde irreversiblemente. La inconsecuencia, el abandono de los principios, el acomodo y la corrupción, son el camino para el retorno de la derecha tradicional.
Ahora bien: este avance de la derecha tradicional va a ser muy breve, efímero. Grandes movimientos sociales en Argentina, Brasil, Chile, pondrán en jaque a los nuevos administradores y a sus amos. La lucha campesina en Paraguay va a llegar a nuevos niveles. En el Uruguay deberemos luchar por la convergencia de todos los que despiertan por la crisis, después del letargo de los buenos tiempos.
No creo tampoco que la nueva derecha tenga “características muy particulares”; en todo caso puede revestir formas novedosas para las viejas recetas de siempre.
HI: ¿Qué debería hacer la izquierda para contrarrestar este escenario político de embestida de la derecha?
En primer lugar la “izquierda” debe comprender que el escenario de derrota y postración planetaria que nos pintan los medios no es real. Hay estados como Bielorús o Iceland que han mantenido una política de justicia social y de independencia en relación a la OTAN. Otras potencias como Rusia y China, que se complementan y tienen acceso a los recursos básicos, no tienen interés en la guerra y por ello adoptan una política tolerante (por ahora) con los estados pacíficos y los pueblos que luchan por su liberación. Irán y Corea del Norte son dos obstáculos importantes para los designios imperiales en Asia. Donets y Lugansk han resistido sorprendentemente a la dictadura de Poroshenko. Más cerca, Cuba desarrolla a partir de su VII Congreso del PCC una comisión nacional de Conceptualización de las categorías económicas para la construcción del Socialismo en condiciones externas adversas. Venezuela demostró el 1º de septiembre que no piensa rendirse.
Es en este marco que la izquierda regional debe pasara a la ofensiva. Debe definir claramente `para hoy y aquí la etapa de liberación nacional, para a partir de esa definición identificar las tareas de la hora, las fuerzas motrices sociales y la política de alianzas, la estrategia, y las tácticas que la desarrollan. Entre las tareas del momento está la defensa del patrimonio ambiental, porque el saqueo ambiental se ha transformado prácticamente en un sexto rasgo del imperialismo El internacionalismo, sin olvidar la solidaridad con todos los pueblos en lucha, debe comenzar por la coordinación regional.
Y es importante estudiar, debatir, hacer talleres y seminarios, producir materiales. Las redes sociales, que nos crean la ilusión de navegar en el océano, son en realidad una pecera controlada; pero también son un campo de confrontación si burlamos los controles y las ponemos al servicio de la acción popular.
* Maestro y escritor. Fue candidato a Presidente por Unidad Popular.