Hemisferio Izquierdo (HI): Más allá de los cientos de cambios específicos incluidos en la LUC ¿Qué lectura general se puede hacer de la misma en clave estratégica, es decir, como parte del programa histórico de los sectores dominantes en Uruguay? ¿Cómo se inserta la misma en el ciclo de ajuste, y represión, que parece comenzar el 1º de marzo?
Entre: Se puede empezar por decir que la LUC es el marco legal bajo el cual la Coalición va a promover el programa de los sectores dominantes: ajuste y represión. Si bien el proyecto de ley, en su extensísimo texto es en sí mismo una parte importante del proyecto privatizador, antidemocrático y regresivo (la reacción) hay que recordar que, dada la debilidad de la propia Coalición, se buscan establecer ciertos marcos en la ley que amparen la acción del gobierno en caso de una ruptura. Un ejemplo claro de cómo la LUC es el marco para el ajuste es la regla fiscal. En principio no es de los asuntos que más llamen la atención, como sí pueden serlo los desalojos exprés o los eufemismos que se usan para amparar el gatillo fácil por parte de la policía por antipopulares, o los chorizos caseros por anecdóticos. La regla fiscal va a ser la justificación para luego votar todo tipo de ajuste en el presupuesto.
Por otra parte, no es para nada menor el hecho de que en 2016, las cámaras empresariales uruguayas se nuclearan por primera vez más allá de un objetivo inmediato —como lo había sido el Comité de Vigilancia Económica durante el terrismo en 1929—, en la Confederación de Cámaras Empresariales del Uruguay. Sobre todo si se tiene en cuenta el documento de “Propuestas para implementar en el próximo período de gobierno”, nada más parecido a una síntesis del programa de los sectores dominantes en la actualidad. Es un documento donde se sintetiza una visión bastante general de cómo deben ser las empresas públicas, por ejemplo, pero también, un documento con una batería de propuestas muy detallada. De dicho documento se nutrieron los programas: —sobre todo— del Partido Nacional, pero también del Partido Colorado y del Partido Independiente. Tampoco es un detalle que les representantes de las cámaras empresariales no solo tengan afinidad con el gobierno sino que en gran medida lo componen. Como el subsecretario de Turismo, Remo Monzeglio, proveniente de la Cámara de la Industria Hotelera Turística del Uruguay o el ministro de Ganadería, Agricultura y Peesca, Carlos María Uriarte, que en recientes declaraciones en relación con la suba del dólar dijo: “Es una solución que no esperábamos, pero ansiábamos”.
La propia forma en la que se plantea la LUC también puede decirnos algo en términos de estrategia. Se combina el mecanismo de urgente consideración con una ley ómnibus, es decir, con una ley que abarca muchos temas a través de muchos artículos. De esta combinación de formas se deriva un proceso de carácter antidemocrático, porque se zanja de una sola vez un montón de temas sin que les principales involucrados participen siquiera de una instancia de discusión. Sobre la declaración de urgente consideración cabe preguntarse: ¿para quién es urgente? Hacerse esta pregunta para cada artículo de la LUC es un ejercicio “revelador”: los grandes beneficiarios de estas políticas son las corporaciones. Una porción importante del anteproyecto responde lisa y llanamente a demandas particularistas de determinados sectores empresariales como lo puede ser ANDEBU (Asociación Nacional de Broadcasters Uruguayos) —asociación que nuclea a las empresas de radio y televisión uruguaya— con la derogación de una serie de artículos. Dicho esto, es obvio que la forma legal habla por sí misma: es una forma de llevar a prepo el debate parlamentario, no solo anulando el rol de la oposición sino incluso forzando a los propios miembros de la coalición a apoyar su articulado. En ese sentido, se está ante un rebrote autoritario, que desconoce el rol parlamentario y los plazos legales habituales de los procesos legislativos. Es una forma simple y rápida de sacarse el parlamento de en medio. Y más allá de cualquier intento de búsqueda de legitimación del ajuste está la represión: la criminalización de la pobreza, de la protesta, el disciplinamiento de los cuerpos y de todo tipo de disidencia, todo va en el mismo sentido.
HI: ¿Qué desafíos plantea la LUC y, más en general, la etapa que se abre para las izquierdas en clave de táctica y estrategia? ¿Cómo pensar en ese marco tanto la resistencia a la LUC como una ofensiva programática popular?
Entre: Preguntar por la LUC es preguntar por el programa de gobierno de la coalición. Sus ramificaciones se extienden más allá de esta primera aventura. Como síntoma del rebrote autoritario, la LUC viene a incendiar la pradera en materia de cultura de consensos y negociación que han sido la tónica de la política uruguaya. Es obvio que una buena parte de la ley apunta a limitar (cuando no directamente a reprimir) el derecho de huelga y la protesta social. Es inevitable la confrontación en la calle, y es muy probable que asistamos nuevamente a episodios represivos como los que se vivieron durante el gobierno de Luis Alberto Lacalle en los 90 (desalojo de FUNSA, represión del Hospital Filtro). De todos modos es muy probable que la LUC abra grietas al interior del gobierno y las instituciones estatales por sus propias dificultades de implementación. Por ejemplo, desde el Poder Judicial se ha señalado lo inviable de implementar las reformas a los procesos penales que allí se proponen. Por lo que habrá que estar atentes a esas contradicciones y sacarles el mayor partido posible.
A su vez, la propia resistencia a la LUC, con una eventual juntada de firmas para un referéndum, puede ser propicia para contraponer cuáles son las urgencias populares. No es necesario inventar nada nuevo, son las necesidades que están presentes en las organizaciones barriales, en los movimientos sociales y en los sindicatos. La situación de emergencia sanitaria está dando más visibilidad a las necesidades reales y literalmente urgentes de la población. Hay que establecer una articulación entre las formas de organización popular de la solidaridad que se da en las ollas populares, por ejemplo, y la lucha contra una ley de urgencia que ignora todas y cada una de las urgencias de la gente que estas organizaciones atestiguan cada día.
Existe un riesgo, sin embargo. De fallar la estrategia de referéndum se fortalecería el gobierno, pues contaría con un “nuevo crédito de las urnas”, con el desgaste del movimiento popular y con algo de inteligencia de su parte, de un enemigo común que galvaniza a la coalición. Es una partida arriesgada y su resultado será una cuestión de fuerza, por lo que implica juntar las firmas y alcanzar la mayoría de los votos requerida, y de velocidad, pues la LUC entrará en vigencia a más tardar en las primeras semanas de junio. Existe además, el riesgo de que la propia emergencia sanitaria dificulte la tarea de recolección de firmas y de difusión de la campaña, más teniendo en cuenta que es una tarea que requiere mucha militancia en la calle.
Si se quisiera trazar un mapa con los posibles lugares de resistencia a la LUC podríamos preguntarnos, casi como un reflejo involuntario de la era progresista, ¿cuál va a ser la estrategia que van a llevar adelante el FA y el PIT-CNT? También cabe preguntarse, aunque desde una lógica muy diferente —porque si bien comparte un gran potencial de movilización, la forma de tomar decisiones es muy distinta— ¿qué rol van a jugar los feminismos?
Está abierto un período de ofensiva sobre los derechos y las libertades. Los enfrentamientos serán inevitables. Referéndum o no, las urgencias populares deberán funcionar de guía. Así como la lucha en clave de conquistas en derechos y leyes fue moldeando a eso que llamamos “progresismo”, la incertidumbre da lugar a imaginar y a apostar a colectivos o movimientos organizados a partir de la oposición de la LUC —entendiéndola como primer lugar para la disputa en este nuevo contexto—. Una esperanza estratégica: que quizá al calor de la lucha por venir se limen viejas asperezas y se forjen nuevas solidaridades.
* Entre es un centro de cultura y política. Busca ser un espacio para la discusión, la investigación, la formación, la creación, la acción, la divulgación y el encuentro entre mundos como el arte, la técnica y la militancia para poner en común y en fricción sus lógicas, potenciándonse mutuamente. A fines de 2019 publicaron la obra colectiva "La reacción. Derecha e incorrección política en Uruguay", disponible en http://entre.uy.