Ilustración: María Barhoum
Hemisferio Izquierdo (HI): En pocos años hemos pasado del "debate educativo" al discurso de la "crisis de la educación" que centra su análisis en que, más allá de los aumentos de recursos, la educación no ha mejorado en absoluto y no se encuentra a la altura de los desafíos del Uruguay del SXXI. ¿Qué tan atinado es el discurso de la "crisis educativa"? ¿Cuáles son los principales desafíos que tiene por delante el sistema educativo en Uruguay?
Verónica Scandroglio (VS): Deberíamos tener en cuenta el lugar desde donde se impone el discurso sobre la “crisis de la educación” y lo que con ello se quiere generar. En los últimos años, la clase política en su conjunto, las diferentes corporaciones empresariales y los medios de comunicación han impuesto esa idea al conjunto de la sociedad y cuando se realizan los análisis se parte de desde ese lugar y no desde otro.
Quienes afirman la existencia de una “crisis educativa”, son los que promueven un mundo donde lo público desaparece en favor de lo privado, los que piensan los diferentes ámbitos de la vida humana como un gran mercado donde todo se compra y se vende, donde las personas pasan a ser capital humano que deben interiorizar las “competencias y habilidades” necesarias para un mercado de trabajo cada vez más precarizado y con gran tendencia a la masividad del desempleo, son los que afirman que las disciplinas relativas a las humanidades o a la reflexión de la vida humana son innecesarias. También son los que entienden que la conciencia clasista debe desaparecer y los que abogan por la banalización de valores esenciales como la igualdad, la libertad, la solidaridad, el espíritu crítico, etc. Claro está que para esas personas o corporaciones empresariales, el actual sistema educativo está en crisis porque no es funcional a ese mundo que imaginan. La supuesta “crisis” brinda excelentes oportunidades para transformar la educación a la medida de esos intereses nefastos.
Para dar sustentabilidad “objetiva” a esta “crisis”, el gobierno plantea que tanto en las empresas públicas como en la educación se ha invertido mucho en los últimos años. Pero estas inversiones no dieron los resultados esperados, es decir el desempeño de la educación “no es bueno”. Pero deberíamos analizar cuál es el rol de la educación y si es posible esperar resultados automáticos y cuantificables de las inversiones realizadas. “Tantos dólares invertidos nos deben dar…”, eso es imposible en educación porque trabajamos con seres humanos y no producimos objetos. Al mismo tiempo, se han aplicado políticas focalizadas cuyos resultados han sido mantener la pobreza en determinada población y en términos educativos no se han obtenido logros relevantes, y por otro lado, las autoridades son responsables de la “crisis” al contribuir en el caos y la improvisación del sistema educativo. Se intenta que los números de estudiantes promovidos aumenten, pero para ello se rebajan las exigencias y los contenidos académicos en el aula. Se invierte bastante poco, a niveles cercanos de los países más pobres del continente, para ANEP y UDELAR no se llega al 4% del PBI aún y sin embargo se invierte mucho más en las distintas y variadas formas de represión que se despliegan sobre todo contra jóvenes pobres. Esta prioridad ha sido una seña identitaria de todos los gobiernos. Es imprescindible un presupuesto acorde a las necesidades, que no se aparte de lo que es la educación pública y que se centre en políticas educativas pensando en los hijos de los trabajadores y en las clases más desfavorecidas. Ese presupuesto es importante arrancárselo a los que tienen el poder que son los responsables de esta “crisis”, arrancárselo con lucha. Por otro lado, también resulta esencial reivindicar el rol docente, concientizar en relación a la importancia de lo público -entendido como lo que es de toda la población- y una educación que contribuya a formar personas autónomas, realmente libres.
HI: El discurso de la "crisis educativa" ha venido acompañado de una suerte de "culpabilización docente", que ubica a éstos, y principalmente, a los sindicatos de la educación, como los principales responsables de los problemas educativos. ¿Cuáles son los desafíos de los sindicatos de la educación hoy?
VS: Sin lugar a dudas, el discurso de la “crisis educativa” va de la mano con la desvalorización y desprestigio de la tarea y del rol docente. Además, se culpabiliza a los sindicatos de “poner el palo en la rueda” y se desconocen las propuestas presentadas desde los diferentes ámbitos sindicales. La culpabilización hacia los docentes de que no están preparados ni motivados, es una excusa para imponer una nueva Reforma Educativa muy similar a las de los años ’90. Es más, los mismos "técnicos" (Filgueira, Vilaró, Opertti, etc) son los que están al frente de este largo proceso que ya lleva más de 20 años. Técnicos que en su mayoría jamás pasaron por un aula con niños o adolescentes.
Los desafíos de todos los sindicatos en general debe ser el de construir pueblos fuertes que sean capaces de resistir los embates de las diferentes políticas neoliberales. Como sindicato de la educación, nos debe interesar acrecentar y profundizar la organización de los trabajadores, única forma en que vamos a revertir este escenario y a derrotar las políticas que se pretenden imponer. Es fundamental generar espacios de construcción, debate y análisis de toda esta situación que atravesamos y de las políticas de Reforma que se pretenden implementar, ahora en forma fragmentada, pero que son parte de un gran paquete, de una gran política educativa al servicio de las grandes corporaciones empresariales. Por ello hablan de "pedagogía del ocio", es decir, educar a niños y jóvenes de los barrios más pobres, en el uso y manejo del tiempo, no como recreación sino como tiempo de vida, ya que no van a tener trabajo o chances de estudiar en el futuro. Pretenden implementar una fuerte política de control social y desvalorización de los conocimientos.
HI: ¿Cuál es y cuál debería ser la estrategia sindical para contribuir a resolver los problemas educativos del país?
VS: La estrategia es la lucha, no hay otra. Organizarse y luchar. Informar, concientizar y denunciar estas políticas de los de arriba y generar la resistencia que enfrente a ese poder. Generar un poder popular, desde abajo. Para ello es fundamental la solidaridad entre toda la clase trabajadora. La lucha por la enseñanza pública no debe ser una lucha aislada ya que es una lucha por uno de los derechos fundamentales de toda la sociedad, derecho que las clases dominantes quieren retacear y menoscabar. Un pueblo que sabe, que está informado, que tiene argumentos, es más difícil de sujetar, por ello la enseñanza debe cumplir un papel crítico de las estructuras de poder en nuestra sociedad. Y es en ese diálogo con otros sindicatos, con organizaciones barriales, vecinos, familias, etc., que tendremos las posibilidades de construir herramientas de lucha y resistencia que permitan forjar una enseñanza realmente al servicio del pueblo y un mundo sin personas explotadas ni explotadoras.
*Verónica Scandroglio. Docente de Secundaria. Militantes de Ades y de la ROE.
Este material fue discutido y elaborado por docentes militantes de ROE.