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  • Juventud Guevarista de Chile

Situación y perspectivas del movimiento estudiantil secundarista en Chile


Son bien conocidas las condiciones de explotación, abuso y violencia sistemática que atentan contra la clase trabajadora en Chile y América Latina. En nuestro caso específico no hay que buscar demasiado, ni en los polvorientos documentos históricos, ni en ocultos medios de prensa para encontrar ejemplos de lo anteriormente señalado. Ya que son visibles en la cotidianidad, desde el precario y mercantilizado sistema educacional, hasta el abandonado sistema público de Salud, desde el delictual sistema de Pensiones, al injusto sistema Laboral, la represión policial en la ciudad en cada protesta y en el Wallmapu en las comunidades, y la lista suma y sigue.

Es por esto que nos organizamos como Juventud Guevarista de Chile, como una organización de trabajadores y estudiantes, hombres y mujeres, que con el ejemplo de lucha de miles a lo largo y ancho de esta tierra, y la herencia histórica de nuestros pueblos, de nuestros logros y fracasos, desde nuestros diversos frentes construimos una alternativa histórica, comprendiendo que la solución a nuestras problemáticas cotidianas, del día a día de los pueblos, está en el proyecto socialista sujeto al contexto de América, y sabemos que el único y más eficiente medio para lograrlo es la lucha y la resistencia, la revolución como fin último frente al avance de la expresión más violenta y sofisticada del capitalismo: el neoliberalismo, que ha puesto al mercado sobre la vida y el desarrollo de la clase trabajadora, sobre sus aspiraciones, sobre sus sueños, el peso sobre sus hombros y las cadenas entre sus piernas.

Y es que en Chile, uno de los espacios que evidencian de manera radical este escenario de mercantilización de la vida, uno de los pilares fundamentales del sistema político y económico neoliberal, en donde existe propiedad sobre los derechos básicos de cada uno de los y las trabajadoras y sus hijos, es sin duda lo que se vive a diario a través del sistema educacional y sus diferentes expresiones dependiendo de las condiciones socio-económicas, que tanto en Santiago como en Regiones se ve determinado a su vez por el espacio geográfico en donde se esté ubicado.

Situándonos en el contexto histórico, en los orígenes de la mercantilización y precarización de la educación pública, esta tiene sus raíces en la Dictadura Cívico-Militar que se mantuvo por diecisiete años en nuestro país (1973-1990), y que inicio tras el golpe del 11 de Septiembre de 1973.

Fue entonces que una nueva teoría económica podría ponerse en práctica en un país como Chile, la del Neoliberalismo.

El neoliberalismo permitiría el desarrollo económico acelerado de una clase empresarial que había visto amenazados sus intereses económicos en Chile durante el gobierno de Allende y la creciente participación popular. Fue así, como junto a la constitución del 80’ se realizan una serie de reformas económicas y políticas en directo beneficio a la clase empresarial.

Es evidente, que los principales problemas sociales de Chile actualmente provienen de la serie de reformas realizadas durante este periodo de la historia nacional. La educación en ese momento, dejó de ser un ámbito prioritario del estado, concebida como un derecho y un beneficio al alcance de la clase trabajadora para su desarrollo óptimo, y paso a ser un servicio a través del cual el sector social con mayores beneficios económicos, podría continuar enriqueciéndose a costa de una necesidad de la sociedad moderna y la mayoría de los trabajadores y sus familias.

Es durante la década de los 80’ que las primeras manifestaciones estudiantiles comienzan a realizarse en conjunto a otros actores sociales, no solo en oposición a la dictadura y su activa represión y violencia, sino también motivadas por las diferencias que generaba el Proyecto de Municipalización.

La municipalización de la educación publica, otorga el control de las escuelas públicas a la municipalidad y la total responsabilidad de su financiamiento y funcionamiento a las mismas, desligándolas del Estado como funcionaba antiguamente.

La problemática visible en ese entonces y que se comprobaría más adelante (hoy) sería que este sistema haría aún más profunda la desigualdad social, económica y cultural en nuestro país, dado que el contexto y capacidad económica de cada municipalidad es completamente desigual dentro de la capital y aún más en regiones, así como las necesidades de cada liceo de acuerdo al contexto de cada localidad, olvidando por completo el contexto de las comunas con menos ingresos y sus escuelas.

Las movilizaciones estudiantiles se hacen notar en el período. Estudiantes de diversos liceos comienzan a salir a las calles a reclamar contra este atentado a la educación pública y la constante violencia que el régimen impuso tanto en el sistema público como en la represión callejera. Aparece además el movimiento universitario, frente al avance de un sistema de créditos, que procuraba otorgar beneficios a la banca en desmedro del trabajo y la capacidad de pago de los trabajadores tras su paso por la universidad.

Los años pasaron, y diferentes compañeros y compañeras cayeron víctimas de la persecución y tortura que la dictadura empleaba para atemorizar y amedrentar a los opositores, pero aun así en 1990 la dictadura cívico-militar llego a su fin para dar paso a una dictadura cívico-empresarial que persiste hasta nuestros días.

Antes de que Pinochet abandonara el gobierno, se firmó la Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza (LOCE) que buscó amarrar y amparar el sistema educacional impuesto a sangre por la dictadura cívico-militar, así como profundizar el sistema de subvenciones esta vez operando en la educación. Uno de los tantos proyectos de dictadura que a los gobiernos posteriores, gobiernos de continuidad del modelo vale decir, no causó molestia alguna.

A través del sistema subvencionado en la educación se amparó el lucro, defendiéndolo como el justo pago a los dueños de los establecimientos por su labor como “sostenedores”. Las escasas fiscalizaciones, el desmedido robo, y la constante perspectiva empresarial y ánimo de lucro que caracterizan la administración de estos establecimientos han sido las críticas más profundas y los aspectos más evidentes del sistema particular subvencionado, que volvieron a la educación en un medio más (como se hizo con el sistema de pensiones, el sistema de salud, etc.) por el cual acrescentar los bolsillos de la clase empresarial de manera legítima.

Cuando parecía que las demandas de des-municipalización exigidas por los estudiantes de los 80’, junto a la crítica y primeros endeudados por el sistema de Créditos Universitarios no lograrían resurgir en la década de los 90’, un nuevo frente de organización comenzaba a articularse y con ello el reinicio de las movilizaciones en Chile.

No fue sino hasta el 2001 en que nuevamente una protesta social de carácter estudiantil lograba masividad y cobertura mediática, emulando las manifestaciones estudiantiles de los años 80’. Fue esta experiencia, la del “Mochilazo del 2001”, la que quedaría como precedente de reactivación del movimiento estudiantil y su creciente radicalización hasta nuestros días.

Dentro de las motivaciones que los estudiantes de ese entonces estaba principalmente la alta tarifa de transporte público y el necesario apoyo estatal a los estudiantes en su transporte y desarrollo educativo. Fue esta movilización, una primera advertencia de lo que vendría más adelante en las calles y colegios del Norte al Sur del país, una primera advertencia al gobierno de la disconformidad con el modelo Neoliberal, con el Mercado en la Educación, y con el abuso constante de la clase político-empresarial hacia los trabajadores.

Pero fue en el año 2006 que las demandas del movimiento estudiantil comenzaron a tomar una postura aún más clara y radical respecto a lo que significaba y significa el mercado en la educación y la creciente precarización de la educación pública. Tras el discurso del 21 de Mayo de la presidenta Bachelet el llamado a la movilización causo efectos, las calles se coparon de estudiantes y una gran cantidad de liceos fueron tomados principalmente en la capital. Las demandas por mejoramiento a la infraestructura y pase escolar gratuito de las primeras movilizaciones se sumaban a demandas mayores, como la derogación de la ley educacional decretada en dictadura (LOCE), la des-municipalización, pase escolar gratuito, el fin a la Jornada Escolar Completa y gratuidad de la PSU.

Es así como se inicia hace 10 años, la denominada “Revolución Pingüina” como resultado del mercado educativo y el precario sistema público de educación producto de las políticas del gobierno durante y post dictadura.

Pasado el inicio de las movilizaciones el 2006 estas sufrieron una baja, hasta el 2008 en que el gobierno decide realizar la reforma a la LOCE. De la misma manera se genera la LGE vigente hasta hoy, que mantenía en muchos aspectos el mismo modelo elaborado en dictadura y profundizaba además aún más el funcionamiento del sistema subvencionado de enseñanza agregando aspectos vacíos como “Mayor Fiscalización” y “mejoramiento de la calidad educativa” manteniendo el mismo modelo de subvenciones y financiamiento municipal. En cuanto a las demandas como el pase escolar gratuito, esta no se cumplió en su totalidad, así como tampoco el pasaje gratis para estudiantes secundarios, el fin de la Jornada Escolar Completa o la efectiva des-municipalización.

No paso mucho tiempo hasta que en el 2011 se reactivaron nuevamente las movilizaciones. El contenido de las demandas era aún más contundente, apuntando al fin del proteccionismo empresarial que la constitución y el estado de Chile sostienen al considerar la “Libertad de Enseñanza” sobre “Derecho Social a la Educación”.

A modo de resumen entre las más importantes demandas del periodo se consideran:

- Des-municipalización y Estatización de la Educación Pública. Entendiendo como se señaló anteriormente, que la municipalización de la educación contribuye a reproducir desde la base la desigualdad social en Chile y el financiamiento irregular de las municipalidades. Es una demanda heredada de la crítica realizada por los estudiantes en los años 80’ y de las más importantes para las movilizaciones contemporáneas.

- Fin al sistema de subvenciones en establecimientos particulares. Reemplazarlo por un sistema educativo con únicas dos opciones, Estatal o Particular, puesto que el sistema subvencionado (Co-pago) promueve el financiamiento irregular con fondos del Estado.

- Aumento del gasto fiscal en educación. Chile es uno de los países que menos aporte entrega en comparación a su capital e ingreso en PIB, siendo un aventajado en la región y perteneciente a la OCDE de manera tan orgullosa para algunos, estamos muy por debajo del resto de las naciones que se agrupan en esta organización.

- Modificación al sistema de Selección Universitaria. Comprendiendo que el método de selección apunta a la uniformidad educacional, que no contempla ni las profundas diferencias geográficas ni desigualdades tanto económicas como de interés educativo, mermando de esta manera sobre la posibilidad de estudio acorde a las habilidades de cada uno de los estudiantes y su contexto. Se ha propuesto tanto el sistema de Bachillerato en los años correspondientes a enseñanza media (los últimos dos), o así también una prueba específica para cada área o facultad universitaria.

- Gratuidad Universal Universitaria. La educación como bien de consumo ha sido uno de los aspectos que más choque han generado en la sociedad chilena a nivel general, siendo principalmente un problema en la educación superior. Las altas tasas de endeudamiento de la clase trabajadora chilena, siendo de las más elevadas en América Latina producto en un gran porcentaje por los miserables sueldos a pesar de la alta productividad y alto precio de la vida, dan cuentas del nivel de explotación, pero además la deuda generada entre los trabajadores con título universitario por el crédito es un factor considerable. Se comprende a la educación como un derecho, y no como un medio para aumentar la riqueza de los bancos y dueños de establecimientos educacionales.

- Democratización. Factor importante para un desarrollo educativo enfocado en el avance de la comunidad y sujeto a ese ámbito es la democratización de la administración universitaria y también secundaria. Es un método de fiscalización mayor a través del cual regular el correcto manejo de los fondos que posteriormente el estado otorgaría a los diferentes establecimientos educacionales secundarios, siguiendo un proyecto formado desde el trabajo de la comunidad y no por entes administrativos alejados de la misma.

- Tarjeta Nacional Estudiantil (TNE).

Son estas las principales demandas del año 2011 desde las cuales se han desarrollado hasta nuestros días las propuestas de los estudiantes en cada manifestación.

Se han sumado además las luchas por una educación no sexista, mayor fomento a la educación cívica, y asi también en conjunto con el profesorado y asistentes educativos, un mejoramiento de las condiciones laborales de ambos. Es así como se han hecho presente en cada acto público o privado, en cada toma o foro, en las calles principales de nuestro país, en cada uno de los espacios desde los cuales los estudiantes nos hacemos presentes, con la responsabilidad histórica del proyecto político revolucionario, y es que es fundamental comprender a la juventud como motor de impulso importante para este proyecto político, para la construcción del socialismo evaluando el contexto. En conjunto nos hemos manifestado con los trabajadores, con los profesores, con organizaciones de padres, con adultos mayores cansados del abuso y la violencia de su miserable pensión. Porque las demandas del movimiento por la educación, no son propias únicamente del sector educativo, no apuntan a cambios técnicos y reformas, sino a un fin mayor, a la transformación social necesaria para la solución de las problemáticas de su clase, de la clase trabajadora.

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